La portería del Valencia, a día de hoy, está bien protegida. El georgiano Giorgi Mamardashvili, contra todo pronóstico desde su llegada en 2021 de la mano de Antonio López Entrena -intermediario afiliado a la RFEF-, es el portero titular del equipo. En su primer año, aún con Cillessen en la plantilla y con la idea de jugar en el Valencia Mestalla, José Bordalás le otorgó su confianza y el de Tbilisi respondió con actuaciones soberbias, hasta el punto de quitarle el puesto al neerlandés.
Desde entonces, el guardameta acumula un total de 72 partidos disputados (6.528’) con 82 goles encajados y 20 porterías imbatidas. Lo que se resume en unos números decentes, viendo el nivel del equipo estas últimas tres temporadas, que ha elevado su valor de mercado –según Transfermarkt– a 30 millones de euros. Por otro lado, su situación contractual es la siguiente: contrato hasta 2027 y una cláusula de rescisión de 100 millones.

La dicotomía sobre apostar por él como portero de futuro o venderlo surge por un motivo recurrente en la capital del Turia: dificultades económicas. A Mamardashvili no le han faltado pretendientes este mercado de fichajes; desde el Real Madrid o Bayern de Múnich hasta el Chelsea. Eso sí, mucho interés pero ninguna oferta formal.
Así pues, viendo el interés existente en Giorgi, teniendo en cuenta las necesidades del equipo (en forma de fichajes) y los problemas financieros que azotan al club, la decisión parece ser clara: realizar una venta acorde a su valor de mercado y a la cláusula del guardameta georgiano. Al mirar las posibilidades que hay dentro de la plantilla, aparecen dos nombres: Jaume Domènech y Cristian Rivero. Ninguno de los dos parece tener la confianza de Rubén Baraja. A pesar de ello, los partidos de la Copa del Rey, se presupone, que los disputará Jaume.
En definitiva, teniendo en cuenta el beneficio económico que supondría una venta elevada por Mamardashvili -llegó por 800.000 euros-, el club debería ponerse a trabajar de inmediato para encontrar al mejor sustituto posible en caso de querer traspasarlo. Es conocida la manera tan extraña, por no decir ineficiente, de trabajar de la dirección deportiva; pero Corona tiene que ponerse el mono de trabajo para conseguir a un portero que se adecue a las exigencias del entrenador.
¿Y vosotros cuál creéis que es la mejor opción para el Valencia?
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