En un partido crucial en la tercera jornada de la Champions League, la Real Sociedad se enfrentaba a una tarea imperativa: sumar puntos. Con un ojo en el rival directo y otro en la victoria del Inter de Milán, los dirigidos por Imanol Alguacil tenían la obligación de ganar.
El equipo donostiarra se presentó con alineación de gala y El Estádio Da Luz se llenó de emoción y expectativas. Desde el pitido final, con la urgencia por ganar del Benfica, quedó claro que este sería un enfrentamiento lleno de estímulos futbolísticos.
La Real Sociedad, sin importar el rival y siempre con el mismo plan establecido intentó deshabilitar las virtudes del rival y potenciar las suyas. A través de un juego combinativo y una presión en bloque alto del conjunto txuriurdin, forzaron al Benfica a buscar un juego mucho más directo, lo que perjudicó al equipo lisboeta.
A medida que avanzaba la primera mitad, la movilidad y las asociaciones de los jugadores realistas se hicieron notables, acercándose más al gol que su rival. Hamari Traoré, una adición clave en esta temporada, demostró una vez más su influencia en ambos extremos del campo y formando una pareja maravillosa con Take Kubo.
Con el pitido del árbitro que mandaba a los 22 protagonistas a los vestuarios, la primera mitad del partido mostró cómo el conjunto visitante pasó de un rendimiento discreto a un nivel mucho más alto. A pesar de algunos momentos prometedores del equipo rival, los vascos, liderados por Mikel Oyarzabal, dominaron al actual campeón de la liga portuguesa.
Tras el descanso, el técnico del Benfica, Roger Schmidt, introdujo dos variantes con el objetivo de cambiar la dinámica del partido. A pesar de las sustituciones y los reajustes propuestos, la Real siguió mostrándose indomable. Las combinaciones en campo rival se realizaban a mayor velocidad, moviendo a los jugadores rivales y encontrando siempre a algún compañero en ventaja.
Barrenetxea y Kubo comenzaron a hacer diabluras, pero fue Brais Méndez quien consiguió el gol. Una jugada de varios pases acabó en los pies de Barrene que, tras driblar a un par de defensas, dejó un balón perfecto para que «el de Mos» consiguiera marcar su tercer gol en esta edición de la Champions. Instantes después, el ‘14’ japonés reventó el balón al travesaño, lo que confirmó el partidazo que estaba realizando la Real hasta el momento.
En el minuto 68, con el primer tiro a puerta del Benfica, la Real buscaba “anestesiar” el partido, pero no iba a ser tan sencillo. Después de una desmedida entrada de Mikel Merino que acabó en amarilla, pero bien pudo haber sido roja y varias ocasiones seguidas de “Las Águilas”, quisieron encender un fuego que Remiro apagó sin problemas.
Con los cuatro minutos de añadido completados, el colegiado pitó el final y la Real Sociedad consiguió tres puntos vitales que le meten de lleno en la pelea por conseguir, como mínimo, la segunda plaza. Aún quedando tres partidos de esta fase de grupos, el papel que está demostrando este equipo es digno de elogio, exhibiendo un fútbol espectacular que les permite soñar con el primer puesto.
DECLARACIONES POSTPARTIDO: Dani Méndez entrevistó al MVP del partido, Take Kubo.
«7 «puntacos» ¿no? Sí, sí, fuimos mejores. Los que están delante de la televisión y en el campo están orgullosos. Me falta el gol, con el gol me corono, pero es lo que hay. No nos podemos conformar»