¿Cuál es el verdadero objetivo del Valencia?

En la presente temporada, el rendimiento del Valencia está siendo sorprendente. Teniendo en cuenta la trayectoria desde la marcha de Marcelino, sobre todo este último año, se esperaba que el equipo tuviera muchas dificultades para competir, pero no está siendo el caso. Con un total de 13 jornadas disputadas, únicamente tres equipos, Betis, Almería y Real Madrid han logrado generar más remates que el conjunto valencianista. El nivel mostrado no solo se traduce en estadísticas, sino que también refleja una transformación palpable en el estilo, siguiendo un patrón de juego muy identificativo con la historia del Valencia. El dinamismo en ataque y la habilidad para combinar diferentes líneas de presión dependiendo del momento del partido, son las señas de identidad del nuevo equipo de Baraja.

Los últimos cuatro partidos de liga parecen reflejar la dirección que el equipo podría tomar en esta temporada: logrando victorias contra los equipos de la parte baja de la tabla, mostrando determinación para enfrentar desafíos en campos complicados, pero aún luchando por competir en partidos contra oponentes de alto nivel -a excepción del partidazo contra el Atlético de Madrid en Mestalla-.

Pero esta mejora no es casualidad, sino que se sustenta en cuatro pilares fundamentales que están fortaleciendo las bases del equipo. En primer lugar, la defensa está brillando con nombres que destacan en cada partido. Además, la habilidad del equipo para aplicar distintos estilos de presión, especialmente con intensidad en bloque alto, marca la pauta en el control de los partidos. Por otro lado, el fichaje estratégico de Pepelu ha sido como un soplo de aire fresco, llenando el hueco del mediocentro posicional tan reclamado en Mestalla, ha añadido profundidad, físico y determinación al centro del campo. Y, por último, no podemos pasar por alto la conexión entre la afición, más de 43,000 personas de media, y la figura de Rubén Baraja, una leyenda que lidera desde el banquillo, creando una sensación de unidad y motivación que ha sido vital para el equipo en estos encuentros.

Solidez defensiva

Desde los encuentros de pretemporada, ya se notaba que el equipo había realizado cambios a nivel defensivo. Algo que Baraja no pudo hacer durante el final de la temporada pasada debido a las urgencias que tenía el equipo. Recuperar esa esencia defensiva era algo imprescindible para que la plantilla pudiera competir bien; y el cuerpo técnico lo está logrando formando un 4-4-2 con las líneas bien compactas. Y vaya si está dando resultados. El Valencia es el primer equipo de La Liga EA Sports que más entradas que resultan en recuperación de balón realiza (155 en total) y el cuarto que más balones disputados gana (704). Por lo tanto, esa mentalidad defensiva, capaz de ganar e interceptar tantos balones -concretamente 112-, debido en parte al sacrificio y esfuerzo de todos los jugadores, provoca que sea el equipo que menos remates reciba de la competición, con 120.

Sin embargo, los números obtenidos a nivel colectivo no son solo obra del conjunto, sino también gracias al rendimiento individual de varios jugadores: Mamardashvili, Paulista y el joven Cristian Mosquera, se unen a Thierry Rendall como los jugadores más destacados en esta faceta. Este último, debido al cambio de nombre en su dorsal (de Correia a Rendall) ha suscitado muchas bromas sobre si esto ha influido en su mejora futbolística. 

Nada más lejos de la realidad, el nivel que está mostrando el lateral derecho portugués lo coloca entre los mejores en su posición. Y esto no es opinión, son datos. A pesar del ambiente algo caótico que se vive en el Valencia y las lesiones que ha sufrido desde su llegada, el jugador no ha tenido la oportunidad de mostrar su rendimiento de manera regular. Pero ahora, gracias al plan de trabajo específico creado por Baraja, parece haber encontrado el camino para competir a la altura de las condiciones que ofrece.

Teniendo cosas que trabajar y mejorar, algo lógico en cualquier joven jugador, sus prestaciones han evolucionado de manera positiva. Con el paso de las temporadas, los errores clamorosos que tenía en defensa -sobre todo a la hora de las marcas individuales y la defensa en zona- y las dificultades que parecía mostrar muchas veces con el balón, parecen haber reducido.

También emerge el nombre del canterano Javi Guerra como uno de los jugadores más destacados, tanto a nivel defensivo como ofensivo, del conjunto valencianista. El mediocentro de 20 años, con sólo 24 partidos, es, sin ninguna duda, uno de los motivos que obligan a preguntar sobre cuál es el verdadero objetivo del Valencia. Está siendo tal su impacto en la élite del fútbol español durante las 13 jornadas disputadas de competición, que sus estadísticas individuales están a la altura de un jugador de equipo que pelea por puestos europeos.

En esta infografía podemos apreciar cómo el joven valenciano está rindiendo a las mil maravillas en defensa y ataque. La energía que aporta, producto de la ambición y la juventud, se traducen en buenas estadísticas y, además, en puntos para su equipo como con su gol contra el Sevilla.

En cualquier caso, parece que el Valencia es un equipo muy defensivo; pero todo lo contrario. La adaptabilidad que muestran los jugadores, mezclando orden y atrevimiento es su mayor virtud. Es un equipo camaleónico que busca los puntos débiles de los rivales e intenta ocultar los suyos.

La presión, aspecto muy trabajado, consigue provocar errores en la salida de balón de los rivales. Además del trabajo físico que se realiza en Paterna, la juventud de los jugadores ayuda a poder mantener un ritmo de partido muy alto. Las 800 recuperaciones (61.5 de media por partido) lo convierten en el quinto mejor equipo en este aspecto. 

Pues bien, gracias a la predisposición de los jugadores y la idea de Baraja, el equipo llega a robar el balón en distintas zonas del terreno de juego. Su capacidad para saltar rápidamente a la presión logra desestabilizar a sus oponentes y recuperar la posesión del balón en áreas estratégicas del campo. En el gráfico elaborado por @JavierBarrocal, se muestra que el Valencia es el séptimo equipo con más recuperaciones en campo rival, con un total de 182.

La capacidad física y el entendimiento del juego por parte de Pepelu ayudan al equipo a mantener una presión alta durante todo el partido. Y sin él muchos de los datos colectivos e individuales serían impensables. Muchos entrenadores buscan este perfil de jugador, pero no siempre logran encontrarlo. Pero su destreza no se limita solo al aspecto físico, ya que es el sexto jugador que realiza más acciones defensivas de la liga, con 9,78 -información publicada por @iojavime en X-.

El canterano del Levante está ocupando el vacío que dejó Kondogbia cuando fichó por el Atlético de Madrid. Su posición como mediocentro defensivo, el famoso ‘6’, equilibra todo el juego del equipo y permite al Valencia competir de manera más efectiva. Además, sus declaraciones sobre los hábitos que tiene en temas de horas de descanso, alimentación y ejercicios postpartido, entre otras, nos permiten comprender por qué es un jugador capaz de acumular tantos minutos (1145’ concretamente, solo por detrás de Mamardashvili). Un fichaje anhelado que está cumpliendo con nota, llegando a sonar para la Selección Española.

Todo esto se suma a su habilidad en las jugadas a balón parado. Desde su llegada, ha sido el encargado de lanzar los penaltis (con una efectividad del 100%, 2 de 2) y las faltas. También se encarga de los saques de esquina, aunque tanto los lanzadores como los rematadores deben trabajar en este aspecto, ya que aún no han logrado marcar un gol de esta manera en lo que va de temporada.

Javier Barrocal muestra en qué zonas del campo ha realizado Pepelu sus 83 recuperaciones de balón. Destaca que 23 de esos balones fueron recuperados en campo rival. Es interesante observar la cantidad de balones recuperados en una posición tan centrada del campo, lo cual permite que, después del robo, el equipo pueda realizar contraataques muy efectivos gracias a la presencia de jugadores rápidos y hábiles en el regate -como Fran Pérez con 19 regates completados- en las bandas.

Por último, dentro de los factores que están siendo importantes para que el Valencia vuelva a poder competir de tú a tú con todos los equipos, están Rubén Baraja y 43 mil aficionados de media en Mestalla.

El actual entrenador, jugador durante más de 10 temporadas, fue un integrante de la mejor plantilla del Valencia. Es decir, conoce perfectamente la intrahistoria del club, los automatismos que siempre han dado buenos resultados. Nacho Sanchís, delegado de la Comunidad Valenciana en el medio Relevo, escribió que: «Baraja tiene eso que dentro del club denominan como ‘ADN VCF’, que no es otra cosa que crecer desde la defensa con un equipo bronco al que sea difícil generarle ocasiones. Y El Pipo mejor que nadie conoce esa identidad, que casa a la perfección con su idea como entrenador. Es más, actualmente sigue los pasos del que es uno de sus grandes referentes: Rafa Benítez»

Pero hay otro motivo más aparte del técnico vallisoletano. Detrás de Baraja, está Mestalla. El corazón y el alma del Valencia. A pesar de los años difíciles que han vivido, los aficionados se mantienen firmes en su apoyo, alentando incansablemente a los jugadores. Incluso cuando estuvieron al borde del descenso, se mantuvieron fieles y nunca dejaron de creer en el equipo. Una afición tan crítica -y criticada- como fiel llena de personas que lo dan todo por el escudo.

La unión entre entrenador y afición

La sincronía entre el entrenador y la afición está siendo clave para que los jugadores sean consciente del club en el que juegan. «Estoy muy feliz por los aficionados: han sido los artífices de que el equipo esté en Primera» declaró Baraja después de conseguir mantener la categoría. En Mestalla, se crea una atmósfera de fiesta que influye directamente en cómo juega el equipo. Gracias a la afición, los jugadores sienten el apoyo y las ganas de dar lo máximo en cada partido, esforzándose al máximo y mostrando todo su talento.

Por lo tanto, los motivos para confiar son varios; pero para desconfiar también. Con el cierre del mercado de fichajes y pesar de los optimistas primeros resultados ligueros, el equipo se encontró en una situación complicada: una plantilla corta y muy joven (la más joven del campeonato), junto con un entrenador cuestionado por su falta de experiencia. Razones que generaron auténtica preocupación entre los aficionados. Tal era esa intranquilidad que el propio entrenador confirmó que: «el objetivo mínimo es que el Valencia siga en Primera». No obstante, tanto él como los jugadores han cambiado su discurso a «el objetivo es siempre el siguiente partido» con el paso de las jornadas.

Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿cuál es el verdadero objetivo del Valencia? ¿Hay que tener prudencia o es posible soñar con los puestos europeos?

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