El F.C. Barcelona tropieza de nuevo y suma cinco partidos sin ganar a un Rayo Vallecano que se le acaba la gasolina en las segunda partes. La polémica arbitral cogió hype tras las ruedas de prensa
Decía Xavi en la previa que los suyos tenían que igualar la intensidad habitual ejercida por el equipo local. El primer complejo de inferioridad de los blaugrana fue superado con nota. Volvió Frenkie De Jong y su presencia es palpable. También estuvo Pedri, que acumuló su segunda titularidad consecutiva, aunque lejos de su mejor nivel. Sí, el F.C. Barcelona salió al partido, pero su problema no es de concentración. Su ecuación a resolver es la de una idea de fútbol que no llega dos años después de la llegada de Xavi. Spoiler: hay aficionados que se están cansando.
Con Lamine Yamal haciendo de Raphinha, habría que preguntarse como el Barça no carga su juego por la banda derecha al igual que cuando sale el brasileño. Misterios sin resolver, porque el joven de 16 años es el único que aportó algo de magia a un choque que destacó por los errores en la salida de balón por parte de ambos. Sí, tanto Rayo como Barcelona hicieron buenas presiones altas.
Pero si de alguien hay que probar en el primer tiempo es de Óscar Valentín. El capitán dirigió a su equipo como un centrocampista de primer orden mundial. Excelso, tuvo la primera del partido para poner el 1-0. Si bien se ha hablado de la dolorosa baja de Gavi, que por cierto, se notó bastante, el conjunto de Francisco se sobrepuso de forma sobresaliente a la del sancionado Álvaro García. Jorge De Frutos, su sustituto, se dejó la piel en toda acción del encuentro.
Bajón en el tramo final
Pero si sufría alguien más en las pérdidas en campo propio, estos eran los de Xavi. El Rayo probó desde disparos lejanos a un Iñaki Peña que estuvo nervioso. El Barça bajó el pistón cerca del final de la primera mitad y llegó un zambombazo de Unai López que no estuvo exento de polémica. Posible fuera de juego en el inicio de la jugada y posicional en el frame del disparo del ex canterano del Athletic. El gol valió y, finalmente, Francisco cumplió su deseo de que Unai López marcará, ya que el último sirvió para que echarán al técnico almeriense del Elche. Una anécdota que recordó el míster en los micrófonos de DAZN al finalizar el choque.
El depósito es el problema
Como de costumbre, al Rayo se le fue acabando la gasolina en la segunda mitad. Empezó bien, desdibujando por completo a un Oriol Romeu que no tiene nada que ver con el del Girona. Pero ojo, no es culpa de él. Miren su posición cuando jugaba en Montilivi y ahora en la entidad culé. Saquen sus conclusiones.
Por ello, hábil estuvo Xavi en los cambios. Gündogan para construir y Raphinha para ser el motor ofensivo del equipo. De verdad, es incomprensible como le dan palos al ex del Leeds United. Fue entrar y mandar un disparo seco al palo que hizo temblar a todos los vecinos que veían desde sus casas el partido. Si hay que ponerle un mote, es el de generador. El extremo derecho cambió el partido. Otro virtud de quitar a Ferrán Torres por un Joao Félix que, si bien no destacó, su incursión hacia el carril central provocó que Balde se adueñara de la banda izquierda. Dueño y señor de la misma. Así llegó el gol en propia de Lejeune, que evitó el cabezazo de un Robert Lewandowski que fue anulado por Abdul Mumin.
La polémica no es excusa
Hasta final de partido, no se pudo ver una imagen donde Raphinha sufre un penalti que parece claro. El mosqueo lo desplegó Xavi en rueda de prensa y luego el propio jugador en los aledaños del estadio de Vallecas. ¿El problema? Que las excusas no convencen aunque sean verdad. A falta de lo que hagan Girona y Real Madrid, el Barça se descuelga y es superado en la tabla por su siguiente rival, el Atlético de Madrid. Mismos puntos, pero con un partido menos. Mientras, el Rayo Vallecano se consolidad como el rey del empate. Sólo una victoria en casa, pero la categoría de los rivales justifica que haya premio. Competitivo como pocos, sólo un equipo le ha podido vencer por más de un gol (0-7 ante los colchoneros). Eso sí, al Rayo se le escapó la victoria en el terreno de juego pero no en las gradas. Gran pancarta contra la violencia machista la que se pudo ver en uno de los fondos. Como siempre, la afición de la Albufera va un paso por delante.