Unos gunners muy desaparecidos se despiden de 2023 perdiendo 2-1 ante el Fulham
El año 2023 será un año que recordarán los seguidores más jóvenes del Arsenal. Por primera vez en mucho tiempo, los londinenses han competido la Premier League de tú a tú al City del triplete y han pasado como primeros de su grupo de Champions. Sin embargo, muchos aficionados gunners no querrán acordarse de cómo despidieron el año: una derrota amarga para un año de ensueño.
Los de Arteta viajaban al norte de la orilla del Tamésis a visitar al Fulham en Craven Cottage. Dos derrotas seguidas de los de Marco Silva habían hecho que los cottage bajasen varios puestos en la tabla y que se encendiesen las alarmas. En cambio, el Arsenal venía de perder de manera inimaginable contra el West Ham en el Emirates. Fue de esos partidos que, de 100 veces, el Arsenal podría haber ganado 99.Además, el partido tenía un aliciente muy especial para el Arsenal: podrían cerrar el año como líderes en solitario de la Premier en caso de victoria.
El partido arrancó y la batuta era rojiblanca. Posesiones de lado a lado y que, en el último tercio, se iban acelerando hasta desembocar en uno o dos toques por jugador. El Fulham había arrancado algo adormilado y con Palhinha como uno de los más activos. Así fue como, en la primera ocasión clara de los blanquinegros, el Arsenal supo aprovechar su ventaja numérica a la contra y anotaba el primer gol del partido en 5 minutos. El gol fue una seña de identidad gunner: en la elaboración, algo de calma buscando ese espacio que nadie ve y, en el contragolpe, la letalidad con ideas claras y de pocos toques.
Raya atrapó el balón y sacó rápido en corto para Havertz. El alemán pasó de primeras y abrió a banda izquierda para la velocidad de Martinelli que se dirigió como la centella que es directamente a la portería contraria. El remate lo atajó Leno, ex portero del Arsenal, y el rebote le cayó a Saka en un remate picado pero extraño fruto de la carambola. Sexto gol en Premier para el canterano de los del norte de Londres. La calidad del extremo ya le ha permitido llegar a las 12 participaciones de gol entre competiciones nacionales y continentales.
Este gol tempranero del Arsenal cambió las tornas del partido. El Fulham se despertó de sopetón y comenzó a mantener la posesión del encuentro, siendo muy agresivo en la mitad de campo contraria. El cuadro visitante presionaba tras la pérdida pero más posicionalmente, esperando al error en el pase de Bassey y Adarabioyo y tapando las oportunidades de pases al espacio. Poco a poco, los cottage se crecieron en el encuentro y consiguieron el premio a base de trabajo colectivo.
Después de las protestas de Craven Cottage por un posible penalti de Saliba en el que no entró el VAR, el Fulham empataba el partido con una contra de libro. Bassey robó el balón en un ataque en transición del Arsenal y se la daba a Cairney, el capitán de los locales. El centro del 10 era perfecto para un remate del mexicano Raúl Jiménez que no perdonaba esta vez en la zona de remate. El delantero centro había empezado a ganar disputas aéreas y a encontrar oportunidades de remate hasta resarcirse de sus fallos con un remate al segundo palo.
El Arsenal, al descanso, cambiaba a Kiwior e ingresaba en su lugar el japonés Tomiyasu. Los laterales de los norlondinenses habían sufrido mucho contra los extremos del Fulham en los centros, sobre todo porque tanto Kiwior como Ben White son dos centrales naturales. Los cambios tácticos en el dibujo de Arteta apenas habían estado funcionando en el primer tramo de la segunda parte. Las dificultades gunners iban saliendo a la luz e iban incomodando aún más al cuadro del técnico vasco. Con este panorama, el gol local se veía venir y así acabó siendo. Decordova-Reid metía al fondo de la red el balón tras una jugada totalmente rocambolesca. En la salida de un saque de esquina para el Fulham, Gabriel despeja mal y pega en el cuerpo de Tomiyasu, dejando en bandeja el gol al jamaicano con un rebote en plena área chica. A partir de entonces, los locales dibujaron un 5-4-1 que secó por completo al Arsenal. Ningún recurso más que una posible genialidad de sus extremos salvaría a Arteta y sus jugadores. El juego por bandas del Fulham decidió el partido, con un gran Antonee Robinson que supo frenar a Saka el resto de partido.
Ni Trossard, ni Gabriel Jesús, ni Nelson ni el 3-3-4 con el que apostó Arteta en ataque para la recta final del partido pudieron aportar la chispa de creatividad que el entrenador vasco insistía en la segunda parte. El chaparrón llegó al Támesis y definía muy bien el último tercio de partido: intento de acoso y derribo del Arsenal sin apenas remate pero con mucha posesión. Lo único destacable de la segunda parte para el Arsenal fue la aparición notable de Rice tanto en el corte como en la imaginación ofensiva. El mejor del partido acabó siendo Raúl Jiménez con su gol y su manera de incordiar a Saliba y Gabriel. El Arsenal, cuarto con un partido más que el City y el Liverpool, remata el 2023 con dos derrotas consecutivas y el desaprovechamiento de marcharse primeros a un nuevo año. El Fulham, decimotercero por su parte, logra un gran resultado en el derbi de Londres y acaba más aliviado 2023 a 16 puntos de los 40 puntos que marcan la salvación.