La UD Las Palmas consigue los tres puntos en Vallecas (0-2) en otro ejercicio de efectividad y de buena defensa ante un Rayo Vallecano que está desquiciado. Álvaro García golpeó a Francisco tras su expulsión y se avecinan semanas duras ante el calendario que se avecina. Por su parte, los pío-pío dormirán a un punto de Europa
El barco se hunde, la vida pirata peligra. En el inicio de cada viaje, el Rayo ofrece valentía, coraje y electricidad. De hecho, la UD Las Palmas no tocó el balón en los veinte primeros minutos. El Rayo tenía dos premisas para hacer daño a uno de los equipos revelación de La Liga: asfixiar por bandas y hacer daño a balón parado. Ambas fueron conquistadas, pero faltó lo de siempre, el gol. Cuando ya equipos como la UD Almería te superan en goles a favor, significa que hay un problema. Hubo momentos brillantes por parte de Isi, pero los pío pío están acostumbrados a cualquier escenario. Es una de sus virtudes. En el navío de Pimienta, destacaron en el tramo inicial Juanma Herzog, que tras su debut sobresaliente contra el Villarreal, completó otra gran actuación en su segundo partido en Primera División.
El problema para cualquier conjunto es que la UDLP tiene a dos jugadores top con la flechita para arriba. Esos son Alberto Moleiro y Kirian Rodríguez. Cuando el balón pasa por ellos, no hay nada que hacer. Como es de costumbre, el Rayo se ahogo una vez más en sus propios errores y ahí, el bueno de Moleiro, que lleva un arranque de 2024 espectacular, sumó su segundo tanto en el campeonato tras un fallo garrafal en salida de balón. Francisco está abusando mucho de Aridane Hernández en este tipo de jugadas y en Vallecas, nadie lo entiende. Tampoco se puede explicar como ha relegado a Abdul Mumin al banquillo. Un jugador que, por cierto, quiso en noviembre y diciembre demostrar a Francisco que quería ser titular y llegó a rechazar a ir con Ghana para centrarse en su papel en el Rayo Vallecano.
Un muro difícil de batir
Pocos equipos están mejor trabajados que la UD Las Palmas de García Pimienta. Tuvo ocasiones claras el Rayo Vallecano, pero ningún jugador de la plantilla rayista tiene ese aura en estos momentos para cambiar algún escenario. Ya son tres partidos seguidos sin encontrar el gol en la Avenida de la Albufera. Y cuando parece que podía llegar el tanto, siempre aparecía un Álvaro Valles que hay que ir preguntándose si podría ser una opción para Real Madrid, F.C. Barcelona o Atlético de Madrid si no estuvieran los tres porteros que todos saben. Quizás el Rayo hizo mejores cosas, pero da la sensación de que se acelera de forma exagerada. Asimismo, en ningún momento la UD Las Palmas dio sensación de debilidad o fatiga.
El que se electrocutó fue Álvaro García. A falta de 10 minutos, cometió una fea entrada sobre Marvin que le supuso la segunda amarilla. Al verla, Francisco le llamó la atención y el utrerano le golpeó en el pecho. Un síntoma de que quizás el técnico local está perdiendo el control de un vestuario que se le nota más quemado con la situación deportiva. Posteriormente, el jugador de las tareas oscuras, Javi Muñoz, marcó su primer gol en Primera División para sentenciar un choque con dinámicas dispares. Una vez más, Marvin Park aportó frescura y responde con otra contribución directa en el devenir de un partido.
Alberto Moleiro, un 10
El crack nacido en Tenerife es la sensación. Su contribución lejos de la isla está siendo vital. Participación directa en los últimos tres tantos del equipo como visitantes y confirmando que quiere ser un ‘One Club Man’ en la UD Las Palmas. Seguramente, será uno de los jugadores más cotizados de nuestro fútbol el próximo verano. Ya no sólo es magia con el balón, también sabe interpretar el posible error del rival. Hasta su técnico ha pedido que renueven antes al futbolista que a él. El próximo fin de semana querrá dejar su huella ante el Real Madrid. Diferencial.
Foto: EFE