El carnaval en Gran Canaria va a tener el ambiente más festivo en muchos años. Una nueva victoria de la UD Las Palmas en casa por 2-0 insufla ilusión y licencia para soñar ante el Valencia, rival directo en el nuevo objetivo insular de establecerse en los puestos europeos. Partido igualadísimo entre el octavo y el noveno clasificado que se decidió en los minutos finales gracias a los revulsivos de García Pimienta.
El partido arrancó a las 20:00, hora local isleña, con varias novedades en ambos equipos. Moleiro, principal baluarte ofensivo canario, se quedó en el banquillo para que se redibujase el ataque de la UD: Sandro por la izquierda, Marvin por la derecha y Munir en la punta. Con el desplazamiento al extremo de Marvin, Álex Suárez se colocó como lateral derecho pese a la posibilidad de poder alinear de nuevo a Araujo, ya disponible después de la sanción de cuatro partidos. Por su parte, el Pipo Baraja apostaba por Amallah para sustituir como una de las referencias ofensivas a Yaremchuk y por Javi Guerra en vez Diego López, baja por lesión.
Los primeros minutos de juego fueron inciertos. El estilo adaptativo que caracteriza a Baraja llevó a que los canarios mantuviesen, como de costumbre, el dominio incontestable del balón en campo propio y rival. Eso sí, a diferencia de otras veces, el Valencia prefería reservarse y no salió a morder con más jugadores que Hugo Duro. El repliegue defensivo ché obligaba a que los jugadores con mayor arte creativo para el ataque pío pío se esforzasen si querían llegar al área de Mamardashvili. En la salida, Álvaro Valles se situaba como tercer central a modo de cierre, tratando de desatascar la circulación de balón.
La clave del juego en ataque estaría en la fluidez del juego en los espacios reducidos. El equipo que encontrase en la primera parte un juego en pocos toques hacia delante y la precisión de cara a puerta sería capaz de abrir la lata. Siete disparos (tres de la UD, 4 del Valencia) reflejaron la poca capacidad ofensiva de la primera parte. El balón parado se mostró tenuemente en el final del primer tiempo: un remate potente de Mosquera rozando el larguero de Valles en el minuto 43 y una jugada ensayada de la UD en el minuto 44 marcada por una espuela de Cardona que sirvió para dejársela a Mármol. Ninguno de los dos tocó en la tecla y el empate a 0 se proyectaba en las pantallas del estadio insular.
Aunque el estancamiento ofensivo dominase los primeros 45 minutos, ninguno de los técnicos movió ficha hasta el minuto 67. En el segundo acto, hubo polémica por una posible mano de Máximo Perrone, afianzado en el medio del campo. En un ataque valencianista que acabó en el área amarilla, el argentino resbaló y le acabó dando el balón en la mano. El VAR actuó bien no interviniendo ya que venía precedida de un despeje de la zaga amarilla y de un control del cedido por el Manchester City.
Alrededor del minuto 68, Munir tuvo un mano a mano muy claro que se marchó por la izquierda de la portería del georgiano. Aun estando en fuera de juego, esa jugada había sido la más clara de todo el partido. Baraja supo intervenir a tiempo en el partido ya que, en los momentos de mejor desarrollo del juego de la UD, el entrenador visitante hizo ingresar a Peter (minuto 67), Jesús Vázquez y Sergi Canós (minuto 74) para tratar de revolucionar el partido por las bandas. El debut de Peter, cedido por el Real Madrid, fue algo discreto, internándose por ambas bandas e intentando crear posibilidades de ruptura en los flancos defensivos insulares. Ahora bien, Sergi Canós y Jesús Vázquez dieron un soplo de aire fresco al equipo por el centro y metieron en apuros a la defensa canaria, caracterizada por estar muy adelantada.
Así, García Pimienta reaccionó y movió el banquillo para contratacar la estrategia de Baraja. Moleiro y Loiodice entraron en el minuto 80 por Sandro y Perrone respectivamente para insistir en la banda izquierda del cuadro canario como principal foco de ataque. El guadalupeño Foulquier mostró en gran tramo de la segunda parte signos de fatiga y el entrenador barcelonés lo quiso aprovechar con el talento de Moleiro. Las Palmas emprendió de nuevo su acercamiento a la portería ché y empezó a encerrar a los once del Valencia en su área. Tres minutos después, ingresó Marc Cardona al terreno de juego, decisivo para las dos acciones de gol.
A medida que los minutos se agotaban, los locales se crecían viendo cada vez más cerca el tanto de la victoria. De este modo, el minuto 89 irrumpió en la isla de Gran Canaria como un huracán de júbilo colectivo. El recién entrado hizo una jugada de calidad excepcional por la banda izquierda, con mareo incluido a Canós, y la puso para un remate poco ortodoxo de Álex Suárez que pilló a Mamardashvili a contrapié. El grito unánime del estadio reveló la ilusión que existe en la isla con una temporada más que histórica para los amarillos. El gol de Suárez empataba a los canarios con los valencianos a puntos en la liga y en el golaveraje, clave para la disputa en los puestos europeos. Cuadra Fernández añadió cinco minutos que, a la postre, reavivarían la alegría amarilla con otro gol de carambola de Cardona en los últimos instantes del partido. Difícilmente de creer por la participación en los dos goles, Kirian se llevó otro MVP del partido aunque la estadística señala que lo fue Marc Cardona por su papel de héroe.
Esta nueva victoria de la UD la sitúa octava a tres puntos del sexto puesto que ocupa el Betis y le gana el golaveraje particular al Valencia. Los de García Pimienta tendrán que visitar al Atlético de Madrid en la próxima jornada de liga el sábado 17 de febrero.Por su parte, el Valencia desciende a la novena posición con 35 puntos y también a tres puntos del Real Betis. El siguiente partido de liga lo disputarán el sábado 17 de febrero ya en casa, en Mestalla, ante un Sevilla en horas bajas peleando por la permanencia.
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