El jugador de 29 años supera uno de los peores momentos de su vida. Ansiedad, depresión, falta de confianza en si mismo. Es el jugador que intentará recuperar Iñigo Pérez para la recta decisiva de La Liga
En la imagen de la derrota, siempre hay protagonistas que reflejan el dolor del directo. Con la mirada perdida, en silencio y pensando: «Otra vez, otra vez». Cuando el Rayo Vallecano pierde, las cámaras enfocan el sentimiento no verbal de Isi por Vallecas.
En una entrevista con Relevo, el natural de Cieza se abrió para abrir de todos los temas. En referencia al ítem de sus problemas de salud mental, parece que el jugón rayista ve la luz al final de túnel. Confiesa que perdió «el gusanillo» en el estómago cuando salía a jugar un partido de fútbol. Evidentemente, Isi no está rindiendo como el año pasado, pero aún estando en un momento crítico, no ha mostrado lejanía o frialdad por ver sufrir al equipo que le hizo mainstream.
Con la salida de Francisco, uno de los grandes retos para Iñigo Pérez es recuperar la mejor versión de Isi. Con el técnico almeriense, el MVP de la 22/23 se convirtió en un jugador más ocasional que figura principal. En el tramo inicial de la temporada, se priorizó la figura de Álvaro García como elemento ofensivo para ir sacando los puntos. Con el paso de las jornadas, el Rayo se convirtió en un equipo de escasez ofensiva y lo más preocupante: se olvidó de entrar en contacto con el balón para construir juego.
Con sinceridad, autocrítica y asomando a la palestra como posible futuro capitán indiscutible del Rayo, Isi sabe que tiene que aparecer. Y no, no se hablan de goles y asistencias, aspecto que le agobió hace unos meses. El acto de presencia es sentirse protagonista con balón. Posiblemente, se vea de nuevo esa magia aportada junto a Balliu por ese costado derecho. Educado como pocos para despedirse de Francisco, sabe que la llegada de Iñigo es un plus de energía por el conocimiento que tiene el nuevo entrenador sobre su figura. Real Madrid, Girona y Cádiz serán tres partidos donde Isi quiere saborear su resurrección de un jugador que, aunque él y algunos aficionados lo crean, nunca se fue.