Las jornadas pasan y el Cádiz sigue en picado. El conjunto amarillo encadena una racha de 20 jornadas sin ganar, lo que la sitúa en el top de peores rachas en la historia de LaLiga.
Podría parecer que la destitución de Sergio González como entrenador cadista supondría un lavado de cara y una reversión de la situación, pero nada más lejos de la realidad. Los resultados siguen sin darse y el ambiente cada vez está más caldeado, discusiones entre jugadores, división jugadores-afición y una actitud por parte de la directiva que deja bastante que desear. En definitiva el club gaditano se encuentra en una situación muy complicada que, a medida que pasan las semanas, se comienza a tornar en crítica.
Situación del Cádiz CF:
Pero a pesar de todo esto, aunque no pueda parecerlo, hay un par de cosas que mantienen la esperanza entre los aficionados más optimistas.
Por un lado, aún con la racha de resultados que el equipo arrastra, son solo tres los puntos que separan al Cádiz del descenso, y que en caso de ganar al Celta en esta próxima jornada en casa haría que los vigueses cayeran a la zona roja, para así pasar el Cádiz a puestos de permanencia.
Y por otro lado tenemos la irrupción de Robert Navarro, el que es sin duda alguna el jugador más talentoso y creativo de la plantilla. Pese a un inicio de temporada muy discreto y con alguna que otra actuación más bien mala o para el olvido, como en el encuentro ante el Valencia, es en esta segunda vuelta donde el jugador catalán está demostrando los atributos que ya lució en Donosti y que hicieron que la dirección deportiva amarilla centrara sus esfuerzos en traer al jugador al menos en calidad de cedido, puesto que la Real no quiere desprenderse del joven.
El jugador formado en la cantera del Mónaco y la Real Sociedad es un extremo/mediapunta con desborde, mucho descaro y una sutileza para la conducción y el regate que es todo un lujo para aficionados y espectadores. Este verano el Cádiz buscó en Robert ese punto creativo que le faltaba al equipo en el último cuarto, algo que el catalán está cumpliendo con creces. Es cierto que durante la primera vuelta pasó bastante desapercibido debido a falta de minutos en varios encuentros, una expulsión innecesaria contra el Valencia y falta de regularidad en los onces, lo cual no le permitió adquirir la confianza suficiente para explotar como lo está haciendo en estos últimos meses en los que no le faltan minutos y titularidades. Y es que en estas últimas semanas el jugador está demostrando ser aquel que se destapó con la Real Sociedad en Copa y UEFA y que llegó a sumar un total de 26 partidos, 6 goles y 2 asistencias, partiendo muchas veces desde el banquillo. La Real no podía prometerle mucha participación en un año donde además el club jugaría Champions, por ello decidieron buscarle una cesión que permitiera al chaval explotar y curtirse en Primera División, el Cádiz aparecía como el club idóneo puesto que los objetivos del club le permitirían crecer en situaciones adversas y tener el protagonismo necesario para su explosión en Primera.
Si bien es cierto que el trabajo de Robert no se está viendo correspondido en números, puesto que no suma goles ni asistencias, su juego está siendo el deleite de una afición que tan solo ve en él un faro de luz ante la sombría situación del equipo. El partido contra el Betis fue soberbio por su parte y la jornada pasada contra Osasuna igual. Jugando en banda izquierda se ha convertido en el mayor activo del equipo para generar peligro y acciones en campo contrario, de hecho son innumerables las acciones en las que el jugador va dejando rivales por el camino y es la falta de materialización de sus compañeros la que no permite acabar satisfactoriamente la jugada generada por el catalán.
Sin duda alguna en el Cádiz están disfrutando de un jugón en mayúsculas, calidad a raudales y una técnica exquisita que, con un poco de paciencia y trabajo por parte de la Real para pulir ciertos aspectos, nos puede dejar a un futuro talento generacional.