El bajón de la montaña rusa de emociones que estaba siendo la temporada de la UD Las Palmas ha llegado. El equipo amarillo puede salir muy perjudicado del fin del invierno con una dinámica negativa en lo cuantitativo. El único punto cosechado a la heroica en Getafe el de 2 de marzo marcan la última suma al computo global liguero de los de García Pimienta. El mes decadente de los canarios se cierra con su viaje a Cataluña para visitar el estadio de Montjuic, hogar temporal del FC Barcelona, en un momento de defensas bajas.
La gota que colmó el vaso fue la derrota de la pasada jornada ante la UD Almería, colista en la liga y con una racha de 32 partidos de liga sin ganar. Por si fuera poco, el peor visitante logró sumar de tres en el Gran Canaria ante la incapacidad del ataque amarillo de convertir como de costumbre: la eficiencia se ha volatilizado. Este es uno de los factores que explican el porqué de la pérdida de puestos en la tabla.
Fragilidad en defensa
Si la UD se caracterizó en la primera mitad de curso por un ejemplo de agresividad defensiva con una línea de zagueros alta, el cuarteto de defensores han decrecido con el paso de los partidos en la segunda parte de LaLiga EA Sports. Salvo Mika Mármol, colosal en el duelo uno contra uno y en el espacio, los Saúl Coco, Cardona o Araujo han ofrecido menos variantes en el juego y han rebajado sus aportaciones en sus duelos. De hecho, el lateral izquierdo sufrió con Ramazani al espacio más de lo habitual y acabó siendo sustituido por Benito Ramírez.
Otro tema es el rendimiento irregular de Coco. Desde su vuelta de la Copa África, el ecuatoguineano ha mostrado la cara y la cruz en su posición en el centro de la defensa. Aunque se perdiese el duelo contra los andaluces, el central no ha logrado recomponer su buena forma antes del parón de selecciones y el equipo ha notado su bajón tanto en la salida como en el corte de las transiciones rivales. Actuaciones como la del Metropolitano o la del Athletic ejemplifican las últimas actuaciones del jugador de Lanzarote.

Pólvora mojada
Es una de las recurrentes en la esfera mediática grancanaria. De los cinco delanteros centros que están inscritos con el primer equipo, todos ellos juntan nueve goles en conjunto, lo que supone algo más de un 30% de los goles totales en la competición liguera. Los 29 goles definen una eficiencia que se ha diluido con la llegada de la segunda mitad de la temporada.
La escasez de una referencia ofensiva en la punta de ataque ha servido para que Kirian Rodríguez esté como el máximo goleador de la UD Las Palmas y haya anotado varios goles importantes tanto para abrir el marcador (Las Palmas 3- Villareal 0 del 13 de enero) como para igualar el resultado y rascar un punto (Las Palmas 1- Osasuna 1 del 26 de febrero).
Estos datos se correlacionan con un activo muy debilitado de los pío pío: la eficiencia en sus disparos. La capacidad de convertir los pocos remates realizados en gol explicaban cómo los canarios ganaban por la mínima y exprimían sus opciones al máximo. En cambio, las últimas cinco jornadas ha reducido su promedio a los 0,80 goles en 13 ocasiones por partido. La cifra es grave porque, con cuatro ocasiones menos por partido, la primera UD anotaba 1,04 goles.

Lo peor queda por llegar. El broche negro de este mes decisivo en la temporada va a ser un Barcelona-Las Palmas. Con la victoria de autoridad de los culés en el Metropolitano (0-3), el temor a un partido para el olvido es cada vez mayor.
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