El Fútbol Club Barcelona consigue la victoria por dos goles a cero ante el Olympique de Lyon, proclamándose por segunda vez consecutida campeonas de Europa
San Mamés, estadio enigmático e histórico del fútbol español. En pocos sitios se respira tanto fútbol como en el estadio del Athletic, y tardes como las de hoy merecían ser acogidas por este gran templo. Veintidós jugadoras tenían la oportunidad hoy de poder jugar la final de las finales, luchar por el título de campeonas de Europa, siendo San Mamés el gran testigo de un cambio de hegemonía en el futbol femenino.
Sonaba el pitido inicial y ambos equipos salieron con gran intensidad al encuentro. Las de Jonatan Giráldez, apostaron por una presión alta que abrumó casi por completo a las jugadoras del equipo francés. Sin embargo, el poderío físico de jugadoras como Dumornay, delantera del Olympique de Lyon, le estaban jugando una mala pasada en los balones largos. La superioridad del conjunto francés era evidente, siendo el equipo que demostró salir más decidido. Sin embargo, las jugadoras blaugranas defendieron su portería con puños y dientes, demostrando que si habían llegado a la final, era por algo.
Poco a poco fue cambiando la dinámica del partido. Actuaciones individuales como las de la extrema noruega, Graham Hansen, fueron decisivas para el devenir del resultado. Pero le faltaba algo al Barcelona, encontrar ese último disparo, ese último pase que dejase sola a cualquiera de sus jugadoras y pudiese resolver este encuentro tan importante y complicado a la vez. Ambos equipos, con una defensa casi perfecta, demostraron su dominio en todas las facetas del juego. Las ocasiones venían de ambos extremos, lo que hacía que no hubiese un dominador claro, sino un encuentro muy igualado.
Comenzaba la segunda parte con ambos equipos siendo conscientes de que solamente les quedaban cuarentaicinco minutos para cambiar el resultado si no querían irse al tiempo extra. La dinámica fue muy similar a la de la primera parte con un juego muy similar entre ambos equipos. No obstante, el Fútbol Club Barcelona se fue activando cada vez más. Pases muy precisos llegaban desde el medio campo, los espacios se iban creando y las ocasiones iban surgiendo. Pero fue en el 63′ cuando el pilar fundamental de este Barça hizo de las suyas. Una gran picada de Mariona Caldentey la recibía Aitana Bonmatí que con una gran carrera individual, se adentraba poco a poco en el área francesa hasta que, con un gran disparo cruzado, conseguía abrir el camino en la final para su equipo, el cual daba un paso de gigante para conseguir el ansiado título.
Llegaba ya el minuto 90 de partido, y la grada celebraba casi como un gol la entrada de la dos veces ganadora del balón de oro, Alexia Putellas. Y es que la afición, al celebrar la entrada de la mediocampista, sabía que iba a pasar algo. Eran conscientes de que no les iba a fallar, y eso hizo. Un balón de Claudia Pina hacia el punto de penalti era recibido por Alexia que, con un zurdazo, ponía el balón en el fondo de la portería de Endler, sentenciando el partido.
Y otra vez, campeonas de Europa. Un camino muy complicado para un Fútbol Club Barcelona que ejerce su hegemonía año tras año dentro del fútbol europeo. Son dignas campeonas, no solo de este título, sino de todos los que han conseguido este año. El Olympique de Lyon le otorga la corona a las culés, una corona que sin ningún tipo de duda permanecerá en la ciudad Condal durante mucho tiempo.
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