Tras un partido agónico, disputado y cargado de energía, Alemania pudo rascar un empate ante la invicta Suiza (1-1) en el Frankfurt Arena para echar el telón a su participación en la fase de grupos de la Eurocopa, de la que sale clasificada como primera con 7 puntos pero con sensaciones mucho peores a las que obtuvieron en los dos primeros encuentros. Empezaron mejor, pero Suiza se adelantó y les hizo sufrir hasta el mismísimo final, en el que el ‘plan B’ de Julian Nagelsmann dio sus frutos para impedir una deshonrosa derrota de la anfitriona en el peor momento posible.
Alemania, eso sí, fue un martillo desde el pitido inicial, con Wirtz y Havertz mucho más eléctricos e inspirados que el partido anterior. Suiza intentaba sacudirse con algún contragolpe esporádico la intensidad inicial de los germanos, que no querían sustos para asegurar sí o sí la primera plaza del grupo, pero era Alemania la que llevaba la batuta en todo momento. Así llegó el primer tanto del encuentro, invalidado posteriormente, obra de Robert Andrich rebasado el cuarto de hora.
Un buen centro de Mittelstadt desde la izquierda, no llega Jamal Musiala al remate, y el despeje lo caza el centrocampista del Leverkusen a bote pronto, sorprendiendo a Sommer desde la frontal. Sin embargo, el colegiado italiano Daniele Orsato rectificó gracias al VAR, al comprobar que el jugador del Bayern Musiala, en su intento por rematar, había atropellado al autor del despeje en la zaga helvética, Aebischer.
Aun así, el gol anulado únicamente avivó las ganas del combinado local, que redobló sus esfuerzos contra la meta suiza… hasta que se topó con la sorpresa de la noche a la media hora de choque. En un ataque que iba perdiendo peligro por momentos, el centro del campo suizo logró combinar hasta encontrar a Freuler, que entraba apurado por la izquierda. Puso el centro en corto bastante incomodado, aunque no lo suficiente para impedir que encontrase a Ndoye acudiendo al primer palo para rematar de primeras y sorprender a Neuer. El VAR volvió a repasar el gol, pero en este caso la incertidumbre acabó cediendo en favor de los pupilos de Murat Yakin.
Un Ndoye que, además, a punto estuvo de firmar un doblete de récord en la jugada inmediata, con un disparo cruzado que se marchó a milímetros del poste, y comenzó a incordiar con asiduidad en la presión a la zaga teutona. Suiza creció a pasos agigantados en confianza y se empezó a atrever a conservar y manejar el balón ante una Alemania intimidada y aturdida, necesitada del descanso para reagruparse y aclarar sus ideas, errática y sin fortuna en sus intentos en busca del empate. Ni Rudiger de cabeza, ni Havertz de volea, nada parecía funcionar, y la impotencia de Kroos, Gündogan y compañía quedó plasmada en la amarilla que percibió el central Tah, y que le dejará fuera de los octavos de final.
La derrota parcial alemana podía parecer inexplicable, inverosímil. Sin embargo, Suiza había sabido sufrir al principio y crecer hasta someter a la ‘Mannschaft’, y así se mantuvo al volver de vestuarios. Nagelsmann apostó por mantener su bloque inicial, pero los helvéticos seguían férreos en defensa, así que los germanos no tuvieron más remedio que subir el ritmo. Así encontró Wirtz con un gran pase el desmarque interior de Musiala, que se entretuvo en el control y disparo centrado. La mala suerte se cebó después con Gündogan, que tenía tiempo y espacio para controlar el rechace y pensar pero se precipitó en el disparo.
La frustración y la desesperación alemanas abrieron la ventana del contragolpe para los suizos, guiados por la potencia del recién entrado Embolo, que amenazaban con aumentar su ventaja mientras los teutones solo pensaban en atacar y empatar. Ese planteamiento desequilibró el encuentro, en el que Alemania asediaba como si de un ataque de balonmano se tratase, con los atacantes alpinos prestos a salir a la contra raudos y veloces, aunque con cada vez menos capacidad para sorprender, porque para el minuto 60 Alemania ya apabullaba y recuperaba con mucha presteza.
Tah, amonestado, dejó su sitio a Schlotterbeck; y Mittelstadt, agotado, dejó su sitio a Raum. Extraña decisión la de Julian Nagelsmann, que retocó su defensa todavía con la imperiosa necesidad de remontar. Mucho centro al área, mucho ataque en vertical, pero cada vez menor precisión en las ofensivas alemanas, aunque la sensación de peligro era permanente. Suiza se arremangó, y se afanó al unísono achicando balones para proteger a toda costa su preciado triunfo, el primero ante los alemanes desde 2012.
El cronómetro fue jugando en contra de los locales, arropados aun así por el público presente en Frankfurt. Nagelsmann quemó las naves dando entrada a Füllkrug y Sané en el minuto 75, después de aguantar al máximo a Musiala y Wirtz sobre el verde. Nada cambió en el partido y nada cambió en el marcador, con Suiza cómoda en ese guion de partido y con Alemania hastiada, probando de todo para intentar abrir un cerrojo suizo tan fiable durante los 90 minutos como sus relojes. De hecho, fue Suiza la que casi sentencia el choque en los compases finales con un segundo gol de Vargas, que definió de maravilla pero estaba adelantado.
El fútbol, sin embargo, es justo pero caprichoso, ya que fue en el descuento cuando el gigante del Borussia Dortmund, Füllkrug, puso la cabeza donde debía, en el corazón del área, para salvar un empate in extremis que ni el más optimista de los alemanes esperaba. Un suspiro de alivio generalizado recorrió la grada, que pedía a los suyos el más difícil todavía, aunque ya no quedaba tiempo.
Así se llegó al final del partido, con un empate sufrido y meritorio para ambos conjuntos, con una Suiza que sigue sin conocer la derrota y una Alemania que venía deleitando a su público con goles, juego y grandes sensaciones y que deberá, pese a todo, hacer acto de contrición y reflexionar para encarar unos octavos de final que, en una Eurocopa, no perdonan a nadie, y que la podrían llevar a medirse a España en unos hipotéticos cuartos.
FICHA TÉCNICA:
Suiza: Sommer; Widmer, Schär, Akanji, Rodríguez, Aebischer; Xhaka, Feuler, Rieder (Vargas, min.65), Ndoye (Amdouni, min.65); y Embolo (Duah, min.65).
Alemania: Neuer; Kimmich, Tah (Schlotterbeck, min.61), Rudiger, Mittelstadt (Raum, min.61); Kroos, Andrich (Beier, min.65); Musiala (Füllkrug, min.76), Gündogan, Wirtz (Leroy Sané, min.76); y Havertz.
GOLES:
1-0, min.28: Ndoye.
1-1, min.92: Füllkrug.
ÁRBITRO: Daniele Orsato (ITA). Amonestó a Ndoye (min.25), a Xhaka (min.67) y a Widmer (min.81) por parte de Suiza y a Tah (min.38) por parte de Alemania.
ESTADIO: Deutsche Bank Park de Frankfurt.
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