Çaglar Söyüncü, que llegó al Atlético de Madrid el pasado verano y que se marchó cedido varios meses después, ya le ha comunicado al Fenerbahçe su intención de continuar en el equipo turco. El pasado mes de enero el central ponía rumbo a su país en busca de minutos, algo con lo que no contaba a las órdenes de Diego Pablo Simeone. Su estancia en el Fenerbahçe le ha servido para darse cuenta que el lugar en el que quiere seguir desarrollando su trayectoria futbolística es en su país, de la mano de un equipo que le acogió cuando lo necesitaba.
El club turco, que recientemente ha contratado a José Mourinho como entrenador, está dispuesto a fichar en propiedad al central, aunque para ello debe llegar a un acuerdo con el Atlético de Madrid. El conjunto rojiblanco pide una cantidad cercana a los 10 millones de euros para dar salida a Söyüncü, una cifra elevada respecto a la primera oferta que se plantea el Fenerbahçe. El equipo turco estima que el precio oportuno a pagar es de la mitad, 5 millones de euros en una fórmula de cesión con opción de compra.

A su favor juega la voluntad del futbolista, que ya le ha hecho saber también al Atlético su deseo de volver al equipo en el que ha estado cedido. Una baza que se suma a la de ser el único club interesado en Söyüncü, algo que podría acabar facilitando un entendimiento entre clubes. Simeone no cuenta con el jugador y liberar su salario, además de recibir un montante útil para invertir en fichajes, se ve como un motivo más que suficiente para acabar cediendo en las pretensiones de venta. No obstante, la directiva colchonera peleará por lograr que el Fenerbahçe suba su oferta hasta llegar a un punto que satisfaga a ambos.
Un negocio estrepitoso
Çağlar Söyüncü llegó al Atlético de Madrid hace casi un año. El central turco terminaba contrato con el Leicester City y el club español cerró un acuerdo con el futbolista meses antes de que quedase libre. Las negociaciones fueron un éxito y el 5 de julio de 2023, Söyüncü fue presentado oficialmente como jugador colchonero. Hasta ahí duró la felicidad, pues el periplo del central con la elástica rojiblanca ha sido breve y escaso. Cinco meses de competición que se saldaron con una participación de 219 minutos repartidos en nueve encuentros. ¿Lo mejor de su llegada? Que dejará más dinero en las arcas colchoneras de lo que se gastó en su fichaje.
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