Crónica: Alemania 2-0 Dinamarca. El minuto mágico del Var decanta la balanza

La anfitriona no quería marcharse de la Eurocopa prematuramente. Y no se puede decir que haya sido una empresa fácil, la selección más laureada de la historia del torneo junto a España apretó los dientes cuando tocaba y supo resolver el envite. Chispazos acabaron con la resistencia de una selección tan ordenada y bien trabajada como falta de creatividad y peligro en ataque. El partido comenzó con un gol anulado a la selección alemana por una falta de Kimmich a Schmeichel, que invalidó el remate de Schlotterbeck. Volvería a aparecer más tarde el arquero danés que paró el seco el arrollador inicio de los anfitriones.

Tras el susto inicial, Dinamarca decidió dar un paso adelante y bajo el mando de Christian Eriksen obligaron a los anfitriones a retroceder. Los daneses se aferraron al control del balón y clavos de final comenzaban a sentir que podían dar la gran sorpresa del campeonato. Sin embargo, cuando se llevaba poco más hacia media hora el árbitro se vio obligado a interrumpir un partido a causa de la tormenta eléctrica que caía en ese momento sobre el estadio. Tras el parón por la tormenta el guión no cambió. Alemania seguía estrellandose contra la meta danesa y Dinamarca buscaba el gol con un Hojlund al que la falta de pegada le ha perseguido en esta Eurocopa.

En la segunda parte vendrían las emociones fuertes, en primer lugar Dinamarca se adelantaba en el marcador cuando central Andersen tras una serie de rechaces, acertó a batir la meta germana, sin embargo tras la posterior revisión del Var el árbitro anuló el gol, por lo que el marcador se mantenía en empate. Con los alemanes todavía con el susto en el cuerpo, se encontraron con la ayuda de Andersen, que en un minuto aciago golpeó con la mano un centro de Raum y tras de nuevo la posterior revisión del var el árbitro acertó a señalar penalti, el cual convirtió a gol Havertz.

Tras el gol alemán Dinamarca se vio obligada a volcarse y a dejar espacios, lo que provocó que se viera sorprendida en un contraataque que resolvió Jamal Musiala para desnivelar definitivamente el partido y dejar a a los locales celebrando con la grada mostrando una perfecta comunión con su afición. Toni Kross tendrá un baile más…que esperemos sea el último.

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