Pasado el ecuador de la pretemporada del Valencia CF, las sensaciones en muchos sectores de la afición son de una negatividad absoluta. Los resultados obtenidos en los primeros tres encuentros de preparación, sumado a la incapacidad de poder sumar fichajes a una plantilla que ya demostró debilidades en el último tramo de la temporada y la desconfianza por la venta de jugadores clave, son los motivos que preocupan a los seguidores valencianistas.
El conjunto che no ha obtenido los resultados esperados en sus partidos de julio de cara a prepararse para el inicio de La Liga el 17 de agosto contra el FC Barcelona. En estos tres compromisos, no han ganado ningún partido, con un balance de goles negativo: tres recibidos y solo uno marcado por Sergi Tenés ante el PSV Eindhoven. El empate a cero contra el Castellón y la derrota frente al Alavés en Paterna han generado un ambiente de pesimismo.
La temporada anterior, el equipo solo sufrió una derrota en el Trofeo Naranja contra el Aston Villa de Unai Emery, pero esto no disipó la inseguridad de la afición. Por lo tanto, de la misma manera que lo hacen los jugadores en sus redes sociales o en los medios de comunicación del club, hay que darle tiempo a una plantilla que ha demostrado mucha competitividad meses atrás.
La idea del staff técnico es dar continuidad a la idea mostrada el pasado curso. Algo lógico después de ver los resultados que se ofrecieron tras rozar la tragedia en la temporada 22/23. A pesar de las pocas llegadas, la cesión de Rafa Mir abre, de nuevo, una opción de la que ya disponía Baraja cuando Hugo Duro y Alberto Marí podían jugar.
Las opciones de Rubén Baraja
El 4-4-2 puede tener ligeras modificaciones. Dependiendo de qué jugadores están sobre el campo, la formación puede cambiar a un 4-2-3-1, con la incorporación de André Almeida como segundo delantero o mediocentro ofensivo –opción que, cuando el portugués ha estado disponible, ha sido la más usada-. Lo mismo pasaba con Diego López, tirando más a atacante por su capacidad de ir al espacio.
Y, en este punto, es cuando entran las dudas sobre, viendo los jugadores que puede haber en esta plantilla, qué formación sería la perfecta para equilibrar los automatismos de Baraja y dónde puede explotar su potencial cada jugador. Si tenemos en cuenta que actualmente la venta más clara parece la de Javi Guerra, Pepelu y Guillamón parecen partir todas las opciones para formar el centro del campo titular del Valencia; pero, si el entrenador quiere jugar con dos delanteros -Hugo y Rafa-, ¿dónde tiene cabida el jugador que, a priori, más calidad tiene como André Almedia? Asimismo, jugadores como Hugo González o Martín Tejón, son futbolistas que donde más pueden mejorar su potencial es como volantes; es decir, en un hipotético 4-3-3. Pero esto es algo que, a día de hoy, es utópico.
Por lo tanto, a pesar de las dudas o malos números obtenidos en los primeros encuentros, las sensaciones del equipo son de necesidad de aclimatarse, cargar las piernas y asimilar los nuevos conceptos que tiene Baraja; además, los nuevos jugadores -pocos, pero nuevos- tienen que adaptarse a la plantilla y a los compañeros para mostrar su mejor versión. Eso sí, Dimitrievski ya está demostrando qué nivel puede ofrecer.