Terminado el penúltimo amistoso de la pretemporada 24/25 del Valencia CF, las sensaciones siguen siendo las mismas que al inicio del encuentro ante el Castellón: juego plano, pocas ideas en defensa, nula transición entre ataque y defensa, y la sensación de que el equipo se parte constantemente. Todo el sacrificio y trabajo táctico-defensivo de la temporada pasada ha desaparecido de golpe. Y sí, es cierto que son amistosos. Y claro, faltan titulares que ayuden a crear un once de carrerilla que tenga claros todos los automatismos del entrenador. Y, por supuesto, los jugadores piden tiempo y buscan hacer entender que hay que confiar en el proceso. Pero hay una cosa muy clara: las sensaciones durante estos partidos son muy pobres.
Con las ausencias de Gayá, Mamardashvili, Diego López, Sergi Tenés, Fran Pérez, Mosquera y otros, el equipo presentado por Baraja para comenzar el partido ante el Leeds, a excepción de Otorbi y Jesús Vázquez, que jugó como interior, podría ser el once titular ante el Barça el día 17 de julio. Durante los primeros cinco minutos, el equipo valencianista salió a morder, con Javi Guerra y Pepelu robando varios balones para impedir el contraataque del equipo inglés. Pero hasta ahí llegó. En ese pequeño tramo se pudo ver a un equipo similar al del curso anterior. A partir de ahí, la mala presión, las pocas ideas con balón y un desorden generalizado llevaron al equipo a no chutar a puerta en los primeros 45 minutos.
César Tárrega fue el mejor jugador en la primera parte, pero incluso él se vio desbordado por tanto trabajo, tanto que falló en el segundo gol del Leeds, que puso el marcador en 2-0. Sin opciones de crear peligro y con la mente puesta en la segunda mitad, los jugadores escucharon cómo el colegiado hacía sonar el silbato para mandarlos a vestuarios.
El espíritu mostrado por el equipo el año pasado daba a entender que durante la segunda parte mejorarían sus prestaciones, pero no fue así. La incapacidad ofensiva fue la nota dominante. Eso sí, se vio una mejor cara en defensa, con mayor orden que evitó que el Leeds pudiera correr. Para colmo, Rafa Mir, que aún sigue con la misma actitud que tenía en el Sevilla, ha sido expulsado al agarrar por segunda vez a un rival.
La actitud de Martín Tejón y Dani Gómez
Sin embargo, cuando estuvieron en desventaja numérica es cuando mejor fútbol mostró el Valencia. La entrada de varios jugadores -o la salida de otros, quién sabe- dio otra velocidad al balón, ordenó las ideas y permitió al equipo volver a ser compacto y rápido. Los minutos de Guillamón y André Almeida dieron aplomo al centro del campo; Martín Tejón, que se está ganando una oportunidad desde el primer entrenamiento, aportó más claridad en ataque; y finalmente, Dani Gómez, el último en llegar, demostró más hambre y energía que Rafa Mir.
Cerca del final del partido, cuando el Valencia más se acercaba al gol, una falta lateral ejecutada por Almeida acabó en un rebote en la frontal del área que Tejón aprovechó para buscar el segundo gol de la pretemporada. Tras un rebote en un jugador local, el balón entró por el lado izquierdo de Meslier. Tras la consecución del gol, los valencianistas siguieron intentándolo; pero la falta del tiempo no les permitió más y el marcador terminó con un 2-1.
El Trofeo Naranja, la última prueba para el Valencia CF
El balance de la pretemporada es preocupante: tres derrotas, dos empates y balance goleador negativo. Dentro de siete días se celebrará el Trofeo Naranja, donde el Valencia se presentará ante su afición frente al Eintracht y ahí veremos cómo de preparada está la plantilla para comenzar el curso 24/25.
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