El fútbol puede llegar a ser un arte. No entremos en el estilo, si vulgar, vanguardista, clásico o abstracto. Puede incluso que lo menosprecie, pues el fútbol, posiblemente, despierte emociones que ni la más bella de todas las artes pueda despertar. Aunque algunos deban elucubrar incansablemente para poder llegar a empatizar, aunque sea un ápice, con el aficionado al deporte rey, no es una barrabasada decir que algunos han llorado más por un gol, que por una pérdida. Que a muchos se les erizan más los pelos con un regate, que viendo al David de Miguel Ángel.
Es diferente, pero es arte. Un arte que se lleva realizando siglos y madura en temporadas. Desde la Hungría de Puskás, pasando por la Brasil de Pelé, han habido selecciones que han marcado generaciones. Equipos que han salvado a países y jugadores que se han convertido en héroes para poblaciones enteras.
A comienzos de siglo, si preguntamos sobre países que definen en la práctica lo que es el futbol podríamos decir que está el Joga Bonito brasileño, el Catenaccio italiano o, como defendía Lineker, el fútbol alemán en si mismo.
España, la nueva hegemonía
El 4 de julio de 1990, Alemania Occidental e Inglaterra se veían las caras con motivo de las semifinales de la Copa del Mundo. Al término de ese partido, que se lo llevaron los alemanes tras decidirse en la tanda de penaltis, Gary Lineker, histórico goleador inglés, declaró ante los medios: “el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania”. Posiblemente la rabia de ser eliminado a las puertas de la gloria invitó al inglés a inventar tal célebre frase. Eso sí, no se equivocaba. Matthäus levantó al cielo de Roma el trofeo en la cara de Maradona, que vio entre lágrimas como los alemanes le arrebataron su segunda Copa del Mundo.
No obstante, el tiempo está corrigiendo a nuestro querido Gary. En una historia llena de sombras, el siglo XXI es de pura luz para la Selección Española de Fútbol. El fútbol venera y se arrodilla a un país que se ha bañado en gloria desde aquel gol de Fernando Torres en 2008.
En 2024, España se consagra como el rey del deporte rey. Los títulos lo avalan. Campeones de Europa, olímpicos, del mundo. Da igual la edad o el género. España gana. En menos de un mes, el combinado nacional se ha convertido en el más laureado de la competición continental y se ha subido a lo más alto del podio de París. En menos de un año, la Selección Femenina ha sido campeona del mundo y de la Nations League.
En el tramo de un año, los aficionados españoles ya deben utilizar dos manos para rememorar momentos icónicos. El gol de Olga Carmona en la final del Mundial, el de Mariona en la final de la Nations League, el testarazo de Merino ante Alemania, la magia de Lamine ante Francia y el agónico tanto de Oyarzabal en la final de la Eurocopa. El fútbol español se llena de ídolos con los balones de Oro de Alexia y Aitana o con actuaciones icónicas como la de Fermín en los Juegos. Un sin fin de momentos y personalidades que hacen de esta una generación dorada.
Los más jóvenes también auguran un futuro prometedor. Tanto en femenino como en masculino, España se ha hecho con el europeo sub-19. Dominación en el presente y en el futuro si las cosas se siguen haciendo igual de bien. Dentro de poco se dirá que «el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11 y siempre gana España».