El Estadi Olímpic Lluís Companys, por segundo año consecutivo, volvía a albergar el clásico Trofeu Joan Gamper. Esta fecha señalada volvía a ser una fiesta azulgrana y el pistoletazo de salida a una nueva temporada. La campaña 2024/25, con la llegada de Hansi Flick, se avecina como una llena de incertidumbre, pero también de ilusión, y el FC Barcelona la quería comenzar de la mejor de las maneras en la presentación ante su afición. El rival, un AS Mónaco que quería arruinar el jolgorio culé. Antes del partido, se homenajeó a los ganadores de la Eurocopa 2024 y de la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de París, respectivamente: Cubarsí, Dani Olmo, Lamine Yamal, Pedri, Ferran Torres y Eric García (a falta de Fermín López).
El entrenador alemán daba continuidad al buen rendimiento en la pretemporada de los más jóvenes, alineando a Marc Bernal, Marc Casadó y Pau Víctor como titulares. Los minutos iniciales del encuentro vieron un Barça comedido pero seguro, que no apretaba en exceso al rival pero no sufría sobresaltos. Las primeras ocasiones llegaron a cargo de Iñigo Martínez y Lewandowski, que estaba muy activo contribuyendo en la circulación del juego azulgrana. Se llegó al ecuador de la primera parte con el partido algo descafeinado y ambos conjuntos muy ordenados sobre el verde. Tras la pausa de hidratación, el Mónaco dio un paso adelante y dispuso de su primera ocasión, justo antes de un gol bien anulado a Raphinha.
El segundo acto dio inicio con el primer gol del encuentro, cuando el Mónaco se adelantó en el marcador gracias al tanto de Camara. Apenas unos minutos después y tras un fallo grave en la salida de balón del Barça, los franceses hacían el 0-2 con gol de Embolo. El inicio de la segunda parte fue un jarro de agua fría para la grada de Montjuic, que dejó clara su opinión con una sonora pitada. A falta de una media hora para terminar el choque, Flick agitaba el banquillo con un carrusel de cambios. Entre ellos entró Lamine Yamal, que fue recibido como un héroe y dejó destellos de su gran calidad.
En los compases finales del partido y con un Barça rendido, Mawissa sentenció el choque con el tercer gol del Mónaco y el gesto de impotencia de un Hansi Flick que mostraba un gesto apático. Tras siete minutos de añadido, el colegiado señaló el final de un partido para olvidar del cuadro culé, que está a escasos días de hacer su debut liguero frente al Valencia y un escenario siempre incómodo como es Mestalla, con muchas cosas por corregir.
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