Sevilla 1 – 0 Getafe : Sempiterno Navas

El capitán dio la primera victoria al Sevilla con una soberbia volea. Respira García Pimienta tras un complejo inicio de temporada. El Getafe sigue con su crisis particular de cara al gol.

Bombona de oxígeno

Respira el sevillismo. Un gol salvador de su jugador franquicia, Jesús Navas, otorgó los tres puntos al equipo de García Pimienta. Es el primer triunfo en cinco jornadas para los hispalenses que suman 5 puntos y salen del pozo. Por otro lado, el Getafe sigue sin conocer la victoria y vuelve a quedarse sin ver portería por tercer encuentro consecutivo.

Siempre quedará Navas

No corren tiempos de paz en el barrio de Nervión. La mala gestión de la dirección deportiva, encabezada por Del Nido Carrasco, sigue levantando ampollas en la afición sevillista. Pocos minutos antes de empezar el partido, síntoma inequívoco del descontento general, el Sánchez Pizjuán gritaba al unísono «Directiva dimisión» En lo puramente deportivo, las cosas no van mejor y el Sevilla se plantaba en esta quinta jornada sin conocer el triunfo. Mostrando rebeldía y fiando gran parte de sus ataques al carril derecho, donde aparecía una vez tras otras el sempiterno Jesús Navas, los locales fueron inclinando el campo hacia la portería defendida por David Soria.

En la guerra de guerrillas, hay pocos conjuntos que se muevan mejor que el Getafe de Bordalás. El Sevilla empezó bien, pero el nerviosismo del ambiente también afecta a los jugadores. Fruto de esa ansiedad, Marcao cometió un error de principiante y solo el poste, tras una picadita de Uche, salvó a los hispalenses. Dice una de las leyes no escritas del fútbol, que si perdonas, lo acabarás pagando. Uche no ajustició y Navas, que respira sevillismo desde que nació, enganchó una volea soberbia para adelantar al club de sus amores. Para el de los Palacios, no pasan los años.

El gol rebajó las revoluciones del encuentro. Al cuadro azulón le costaba generar jugadas elaborativas en ataque y el Sevilla, con la ventaja momentánea en el marcador, vivía cómodo defendiendo cerca de su área. En una jugada aislada, el combativo Isaac Romero tuvo en sus botas duplicar la distancia antes del descanso, pero su vaselina se marchó por encima del larguero. Ahí tuvieron la sentencia los pupilos de García Pimienta. Sin más sobresaltos, los 22 protagonistas enfilaron el túnel de vestuarios.

Una defensa que vale 3 puntos

Sin cambios tras el entretiempo, el Getafe inició mandón la segunda parte. Pese a ese empuje inicial, Navas fue el que disfrutó de un mano a mano que David Soria solventó con una parada de enorme mérito. No iba a ser el último acercamiento hispalense. No hay partido sin polémica y este no iba a ser una excepción. Una mano de Bertug tras un saque de esquina fue protestada ostensiblemente por los jugadores del Sevilla, pero Busquets Ferrer no vio punible la acción y el juego siguió con normalidad.

Los madrileños persistieron en su intento de igualar la contienda. Lo consiguieron, pero un formidable testarazo de Bertug fue anulado por una clara posición antirreglamentaria. García Pimienta veía flojear a los suyos, y decidió tirar de fondo de armario introduciendo a Juanlu y Lukebakio. Antes, sustituido porque su físico no le da para más, Jesús Navas recibió una ovación atronadora de su parroquia. Navas es sevillismo puro y los sevillistas reconocen a Jesús como una de sus mayores leyendas. Un reconocimiento totalmente merecido.

Conforme el final se acercaba, la tensión incrementaba en el Pizjuán. El Sevilla aguantaba a duras penas y para colmo, vio como se quedaba con uno menos por la expulsión de Juanlu. Con poco que perder y mucho que ganar, el Getafe se lanzó con todo a por el gol. Cargó el área, colgó balones pero remató poco, y así, es difícil romper una sequía que ya asusta en el Coliseum. Apretando los dientes y pese a la inferioridad numérica, Lukebakio la tuvo que ni pintada para despojar de agonía a los 30.000 creyentes que abarrotaban el feudo hispalense. El disparo del belga se estrelló en el poste. Con el depósito en reserva, el Getafe ya no tuvo más capacidad de reacción y arrojó la toalla. El Pizjuán estalló de alegría y por fin, festejó una victoria de los suyos.

Ficha Técnica