La lesión de Brahim, futbolista clave en la rotación, deja al Madrid sin uno de sus mejores agitadores. El marroquí estará fuera alrededor de 3 meses y Carletto tendrá que buscar soluciones.
Nuevo contratiempo
La temporada no ha comenzado de la mejor forma posible para el Real Madrid. El equipo sigue sin carburar en lo futbolístico y para más inri, las lesiones no dan tregua. El sábado, en San Sebastián, Brahim Díaz fue el último en caer. Las sensaciones del jugador no invitaban al optimismo y el parte médico del club, así lo refrendó. Lesión en el abductor de la pierna derecha que lo tendrá apartado de los terrenos de juego en torno a 3 meses. Duro varapalo para el futbolista de origen malagueño, que veía esta temporada como una oportunidad para afianzarse en una de las plantillas más competentes del planeta.
La ausencia de Brahim no solo es un palo para el jugador sino que también lo es para su entrenador, Ancelotti. Cualquier mínimo contratiempo, en una campaña tan larga y exigente como esta, supone dolores de cabeza para cualquier entrenador y Carlo no es una excepción. Brahim, siendo titular y especialmente, actuando como agitador, ha aportado su granito de arena a los éxitos recientes del equipo blanco. Aunque esto es el Real Madrid y las excusas no son válidas. A los problemas, soluciones, deberán pensar en el seno de la Casa Blanca. La calidad y competitividad del plantel madridista sigue siendo muy alta, y hombres como Rodrygo o Endrick, gozarán de más minutos.
Otra alternativa punible sería un cambio de esquema. Lo cierto es que Rodrygo, partiendo desde la banda derecha, sigue sin estar del todo a gusto y su rendimiento deja que desear. Por otro lado, Endrick sigue adaptándose a un nuevo entorno y no parece estar listo para partir desde el inicio en partidos de altura. ¿Volver al 4-4-2 que tanto rédito dio el curso pasado? No sería descabellado, más aún, cuando Bellingham y Tchouaméni acaban de recuperarse de sus lesiones. Este miércoles, en el debut en Champions frente al Stuttgart, saldremos de dudas, al menos, a corto plazo. ¿4-4-2 o 4-3-3? Carletto decide.