Rayo Vallecano 1-1 Atlético de Madrid | Pinchazo colchonero en el derbi de Vallecas

Derbi madrileño para cerrar la jornada de domingo. Rayo Vallecano y Atlético de Madrid frente a frente, con Vallecas como testigo y con el fútbol como protagonista, en busca de los tres puntos que otorga el gran objetivo de cada conjunto que salta a un terreno de juego, la victoria. Para ambos, sumidos en esta maratón de encuentros sin tregua, un botín jugoso y suculento que, de conseguirse, podía contribuir a reforzar sus puestas en escena en este comienzo de temporada. Para el club de la franja, sobre la mesa estaba la posibilidad de iniciar y cerrar una semana con doblete de triunfos en casa. Y para los colchoneros, la opción estaba en sumar el tercer triunfo consecutivo en LaLiga, una racha necesaria para no perder terreno con la cabeza.

Manda el Rayo, avisa el Atlético

En un inicio dominado por la táctica, los roles de cada equipo quedaron claros a las primeras de cambio. Mientras el Rayo trabajaba con pelota y tiraba de paciencia para construir sus jugadas, el Atlético apostaba por la velocidad del contragolpe y el juego vertical cada vez que alguno de sus jugadores tenía la posesión. Y lo cierto es que el resultado de ambos planteamientos cobró lógica en el transcurso de los primeros compases, pues Rayo y Atlético encontraron oportunidades en sus diferentes caminos. Los locales, en esas posesiones largas, las tuvieron cuando el equipo de Simeone cedía algún espacio que explotar, y los visitantes, en las transiciones, gozaron de ocasiones de gol muy claras que se fueron al limbo.

No estaba acertada la dupla Sorloth-Julián y Simeone se lamentaba por ello. El noruego se hizo un lío con el balón en los pies a la hora de definir un dos contra uno que podía haber servido el primero en bandeja. Y, minutos más tarde, lo mismo le ocurría al argentino cuando ya encaraba a su compatriota Batalla, aunque en su defensa debe decirse que el bote del balón fue de todo menos habitual. Sin embargo, ni es excusa, ni tampoco algo extraño en el césped de Vallecas, sin ánimo de ofender a sus responsables. El caso es que los elementos de Vallecas estaban frenando a la araña porque también el larguero emergía como protagonista para dejar a Julián con la miel en los labios tras un latigazo que retumbó en Vallecas.

Isi hace justicia

Cuando un equipo perdona, la experiencia siempre dice que lo acaba pagando y el Atlético había comprado muchas papeletas para que así le sucediera. Su dupla ofensiva no había castigado al Rayo y los de Íñigo Pérez, que estaban llevando la batuta del encuentro, crecieron todavía más a raíz de las ocasiones desperdiciadas. El fútbol del conjunto franjirrojo seguía dejando a merced a un Atlético cada vez más embotellado cerca de la meta de Jan Oblak. Y en esas, en las que el dominio se estaba materializando cada vez más en situaciones de peligro, acabó ocurriendo lo que tenía que ocurrir.

En una jugada que se inició con un saque de puerta de Oblak llegó el gol del Rayo. Ningún jugador colchonero ganó el salto, Nteka se llevó el rebote y pilló en cuadro a la defensa rival para darle la oportunidad a Ratiu. El lateral soltó el derechazo desde dentro del área y la dirección del remate, que no era muy buena, fue idónea para que Isi la mandase a la red. El capitán apareció desde atrás para reconducir el golpeo y poner en ventaja, con suspense incluido, a los suyos cerca del descanso. Un tanto que hacía justicia con lo visto en una primera parte de escasa brillantez por parte del equipo que dirige Diego Pablo Simeone y que llegaba a su fin con victoria momentánea del Rayo Vallecano.

Toda la carne en el asador

A la vuelta de vestuarios Simeone no tardó en evidenciar su enfado por lo sucedido en el primer tiempo y metió a la dupla Griezmann-Correa para compartir ataque con Sorloth y Julián Álvarez. Los cuatro delanteros de la plantilla unidos dentro del campo, en un todo o nada por parte del entrenador argentino con el objetivo de remontar un partido enquistado. Y mejor no pudo funcionar la apuesta colchonera, pues ni cinco minutos se tardó en empatar el encuentro y reiniciar el duelo entre ambos conjuntos. Fue en una jugada aislada, en una galopada de Sorloth y en una definición con extra de clase de Conor Gallagher.

El inglés ha caído de pie en Madrid y con la cesión de Sorloth a la frontal, Gallagher encontró la oportunidad perfecta para sumar su segundo gol como jugador del Atlético de Madrid. Entre el baile de piernas y con una caricia suave al poste, el balón se coló en la portería del Rayo y el partido se equilibró en marcador, pero no en juego. Porque el Atlético no era, ni por asomo, el equipo pobre, escaso y triste de la primera mitad, era todo lo contrario. Era el equipo intenso, peligroso y correoso que hace daño y que estaba poniendo a los locales contra las cuerdas.

Resistencia franjirroja, frustración colchonera

Desde el tanto del empate, el segundo acto del derbi madrileño se convirtió en un ejercicio de resistencia por parte del Rayo y una prueba a contrarreloj para un Atlético que buscaba la remontada. El cuadro colchonero no se conformaba con el reparto de puntos y buscaba salir de Vallecas con el máximo botín posible, aunque el premio gordo se le estaba resistiendo. Las ocasiones se sumaban, aunque no iban cargadas de un gran peligro y aquellas que sí lo hacían se marchaban al traste con intervención de Batalla de por medio.

El tramo final fue un quiero y no puedo para el Atlético porque no se cesó en el intento, pero no hubo premio. El esfuerzo de los de Simeone se quedó en nada y con ello la posibilidad de sumar su tercer triunfo consecutivo en el plano liguero. Un pinchazo que le hace perder distancia con la cabeza, se aleja a los seis puntos con el FC Barcelona y a los dos con el vecino de la capital. Mientras que el Rayo, que fue el que encontró premio a su prueba de resistencia en la segunda parte, rescata un punto del derbi para situarse en la mitad de tabla.