Benfica 4-0 Atlético de Madrid | El águila vuela en Lisboa, el Atlético se estrella

Noche de fútbol europeo en el Estadio da Luz. Benfica y Atlético de Madrid se daban cita en el estadio lisboeta para disputar la jornada 2 de la UEFA Champions League. Segunda fecha de la competición y segunda oportunidad para sumar puntos de cara a ese gran objetivo de clasificar a la próxima ronda de la Champions. En el estreno europeo, los dos equipos fueron capaces de sacar sus encuentros adelante y conseguir la victoria. El Benfica lo hizo a domicilio ante el Estrella Roja y el Atlético consiguió el triunfo en el Metropolitano con un gol de Giménez en los últimos minutos.

Inicio arrollador… con gol del Benfica

En la Champions el ritmo te come y si estás un punto de intensidad por debajo, lo notas. Empezar los partidos enchufados es clave y no hacerlo puede terminar costando caro como el equipo rival si lo haya hecho. Y eso es la mejor forma de definir el arranque del encuentro en Da Luz, un lugar en el que el Benfica salió a mandar y el Atlético a verlas venir. El resultado de esa combinación fue el esperado, el conjunto lisboeta se puso por delante en el marcador antes del primer cuarto de hora de encuentro. Un contratiempo que incluso pudo llegar a los cinco minutos, pero Oblak se vistió de salvador para evitarlo.

El esloveno fue clave para evitar el tanto de Pavlidis en un saque de esquina que evidenció uno de los puntos fuertes de este Benfica. Fue un aviso de lo que estaba por venir si el Atleti no reaccionaba, pero como de costumbre, los de Simeone no reaccionaron a tiempo y el castigo llegó. En una salida de balón de los colchoneros Reinildo se equivocó, Lino y Koke no fueron capaces de evitar los problemas y el Benfica lo aprovechó por medio de Akturkoglu. El futbolista turco vio el hueco en la defensa del Atlético y definió entre las piernas de Oblak para poner el primer gol en el marcador.

Lesión de Llorente y mejoría colchonera

Tras el golpe sufrido, el Atlético estuvo noqueado durante un buen rato, pero se levantó. El equipo español mejoró en la recta final del primer tiempo, a base de posesiones largas y paciencia en sus triangulaciones. Por el camino perdió a Llorente, que se marchó lesionado con problemas en el cuádriceps en lo que parece una lesión muscular. Entró Molina y aunque no cambió la imagen del equipo de manera notable, sí coincidió con los mejores compases de su equipo en la noche lisboeta.

Sin embargo, lo bien plantado que estaba el Benfica dificultaba la llegada de ocasiones. Los del Cholo no eran capaces de filtrar un balón que rompiese líneas o tirar un desmarque que pillase desprevenidos a los defensas. Solo Lino estuvo cerca de encontrar fortuna con un remate que se envenenó y que tocó en el larguero. Fue lo más cerca que estuvo el conjunto rojiblanco del empate en un primer tiempo que pudo acabar todavía peor. En la última jugada todos se durmieron menos Di María y un saque de banda en campo de los locales terminó en un dos para dos y en un remate al poste de Pavlidis. Un susto de los que quitan el hipo antes de tomar rumbo a vestuarios.

De mal en peor

A la vuelta del descanso Simeone inició una revolución que no le salió muy bien. Dio entrada de una tacada a Sorloth, Gallagher y Javi Serrano para dejar en el banquillo a Koke, De Paul y Griezmann, casi nada. Pero la apuesta del argentino para darle la vuelta al partido se vio truncada, de nuevo, a las primeras de cambio. Ni cinco minutos pasaron cuando llegó el segundo gol del Benfica, desde los once metros y tras un nuevo error de los colchoneros. Giménez y Gallagher, como pollos sin cabeza, soltaron coces que terminaron en sendos pisotones a Pavlidis dentro del área y, tras revisión, la jugada acabó en pena máxima.

Eso sí, el inicio de la jugada fue una nueva pérdida en salida de balón del Atlético. Di María no perdonó, engañó a Oblak y asestó un mazazo que mandó a la lona al cuadro madrileño. El ko era total y el equipo de Bruno Lage era muy consciente de eso, así que buscó explotarlo y sentenciar un partido que, visto lo visto, era muy improbable que terminase cayendo para el bando español. Y así hubiera sucedido si, otra vez, Oblak no hubiera salido al rescate de sus compañeros para frenar el doblete de un Di María que lo tenía todo de cara para que el Benfica subiera el tercero al marcador.

Fiesta total del Benfica

No lo tuvo que lamentar por mucho tiempo el equipo portugués porque la noche solo tenía un protagonista, iba de rojiblanco y no era el Atlético de Madrid. Los de Simeone estaban regalando un bochorno a sus aficionados, casi mayor que el vivido en las gradas del Metropolitano el pasado domingo, y faltaba la guinda final. Llegó con un cuarto de hora de margen respecto al final, con la amenaza viva de que el show podía ser mayor. Un saque de esquina, un equipo dormido y un gol de Bah que desataba la fiesta en Lisboa y sentenciaba el partido.

Pero para fortuna de los aficionados locales eso no iba a ser todo. Minutos más tarde llegaba el cuarto, otra vez desde los once metros y, sí, de nuevo con un error del Atlético. Kokcu se unió al festival con un penalti lanzado por el medio que engañó a Oblak y que sepultó las mínimas esperanzas de los visitantes de un milagro que no sucede ni en Lourdes. El ridículo estaba consumado y el pitido final ahorró un bochorno que pudo ser todavía mayor para los de Simeone, que bastante se traen de vuelta para Madrid. En Lisboa solo hubo un equipo, el Benfica, que se llevó una victoria de las que dan alas, esas que no tenía hoy el Atlético de Madrid.