Entre las múltiples historias de fútbol y amor por un club, existe una que empezó a escribirse en el verano del año 1995, cuando llegó a Valladolid un croata, delantero centro, procedente del Dinamo de Zagreb, equipo donde se formó y por el que tuvo un excelente paso, este jugador llamado Alen Peternac que puso su talento a disposición del equipo vallisoletano se convirtió rápidamente en uno de sus principales referentes en ataque. No fue para menos, pues sus números en la primera temporada con el equipo de Pucela hablan por sí solos: 23 goles incluídos 5 en su «re-póker» al Real Oviedo en el increíble 3-8 como visitante, su asombroso potencial goleador se veía reflejado en la estadísitica de marcar un gol cada 130 minutos.
En su segunda temporada, que iniciaba exitosamente, una lesión en un partido contra el Real Madrid en la que Roberto Carlos entró muy fuerte le impidió jugar a su máximo potencial por lo que quedaba de la 1996-1997, no obstante, consiguió marcar 6 goles, ya en sus siguientes dos temporadas volvió a obtener un rendimiento más acorde a lo que había mostrado anteriormente, pues de 1997 a 1999 marcó 13 goles en cada una, un jugador que aportaba con goles a las campañas del Real Valladolid y mostraba un enorme potencial cada que saltaba a los terrenos de juego.
Ya en la última temporada en el club jugaría 11 partidos sin marcar ningún gol y su marcha al Real Zaragoza dejaba al equipo con inmenso vacío pues dejaba el récord de ser el máximo anotador del equipo en la historia en primera división con un total de 55 goles en 153 partidos y ostentando también el número de mayor penales convertidos de manera consecutiva con 14 tantos en La Liga por un tiempo, además, sigue siendo el único jugador en la historia del Valladolid en marcar 5 goles en un partido y también es el jugador del club que más goles ha marcado en una sola campaña.
El homenajeado por su vigesimoquinto aniversario de su último curso como jugador de Pucela ha manifestado su alegría de regresar al estadio dónde en varias ocasiones hizo estallar de alegría a la afición blanquivioleta:
“Me hace mucha ilusión volver a mi segunda casa, donde jugué mi mejor fútbol, donde disfruté tanto. En el homenaje estaré en otro mundo, será muy especial salir otra vez a ese campo y recibir, me imagino, el calor de toda la gente. Estoy orgulloso e ilusionado”.
“Hicimos un buen fútbol en aquella época, con un equipo muy joven que llegó a clasificarse para competición europea. Éramos un grupo especial, estaba rodeado de grandes jugadores y por eso fui capaz de meter tantos goles”.
Finalemente, el exjugador croata espera no menos que una victoria el sábado ante el Rayo Vallecano esperando rememorar sus viejas glorias con una victoria del equipo que él considera que es su segunda casa.
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