La UD Almería volvió a tropezar ayer en el Carlos Tartiere frente al Real Oviedo, en el encuentro correspondiente a la jornada 9 de LaLiga Hypermotion. La victoria del Burgos pareció ser un espejismo, y otra vez el domingo se convirtió en lunes para los indálicos. Rubi sigue sin encontrar la tecla, parecía que la maquinaria iba a engranar correctamente, pero un nuevo tropiezo frena la ilusión rojiblanca. A la espera de que termine la jornada, el recién descendido podría volver a situarse en puestos de descenso.
Defensas bajas
18 goles en contra en solo 9 partidos son un fiel reflejo de que un equipo se construye desde abajo. Pese a tener el guardameta con más nombre de la categoría, Maximiano no refleja los millones que le costó a la entidad, parece no ser malo, pero tampoco bueno. «Mantener el bloque» es lo que se valoraba desde la directiva, y con lo que se encuentran los aficionados es con un Marc Pubill lesionado, un Centelles incomprensiblemente titular, y unos centrales cortos, blandos y sin alma; un reflejo del conjunto. Se rumorea (más en redes sociales que otra cosa) la vuelta de Rodrigo Ely, o mínimo el deseo de directiva y técnico de reforzar la defensa. Sin embargo, como con los patrocinios, el comando liderado por El Assy es lento, muy lento.
Álex Centelles, lateral izquierdo, se esfuerza cada encuentro para demostrar su falta de aptitud y actitud, sirviendo como muestra de lo que no tiene que hacer un futbolista. Llega tarde a los duelos, deja espacios vacíos en su zona, no centra bien, no aporta ofensivamente, pocas cosas se le pueden elogiar. Radovanovic es el más salvable de todos, pero claro está que en primera división no sería titular. Chumi y Kaiky llevan ya años en el segundo plano del equipo, ahora alternándose titularidades por la falta de competencia, pero a su vez demostrando a toda España que no serían titulares en ninguno de los 21 equipos que restan en la división. Pozo tuvo un momento estelar contra el Burgos, reafirmando que vuelve a tener confianza, y se nota que tiene ganas, pero no puede ocultar su falta de calidad con numerosos trotes.
Una estructura asintomática
Subimos líneas, para ver el mediocampo. Lopy y Baba firmaron un gran partido contra el Burgos, pero volvieron a ‘hacer aguas’ en el Principado. La lesión de Robertone, el supuesto mejor futbolista del Almería y de los mejores de toda la categoría, tampoco ha traído muchos problemas, todo sigue en la misma línea. Los nombres no faltan, las ganas y la calidad llevan temporada y media echándose de menos. Una de las bazas que podría compensar esa inaptitud en defensa no hace más que aumentarla.
Édgar ha sido un fiasco desde que llego al club andaluz, no encuentra su sitio ni en defensa ni en el medio, ni en ningún sitio; siempre llega tarde, no aporta nada, ni siquiera contundencia en los balones aéreos. Lopy y Baba se pueden nombrar a la vez, pues son futbolistas que tienen mucha calidad, pero que no sabemos si por ganas o por qué, no hacen más que empeorar la situación. Mientras Melero sigue presumiendo de ‘números’, Gui Guedes no recibe la oportunidad de ser quién pare la hemorragia.
El antibiótico que no cura
La delantera está bien, bastante bien, pero no es suficiente. Son ya 14 goles los que ponen a la UD Almería como tercer equipo más goleador. Sin embargo, la mayoría de estos goles vienen tras encajar dos o más, consiguiendo acercarse o empatar, pero nunca ganar. La efectividad no está siendo mala, pero sí lo está siendo la propia efectividad de estos goles, pocas veces sirven para algo. Luís Suárez es el tercer jugador con más goles, Arribas y Melamed tiran del equipo en muchas ocasiones, y luego encontramos en un segundo plano a un Baptistao y un Puigmal que aportan algo y ya. Gracias a estos goles el equipo ha puntuado algo, pero de nada sirven si las victorias no llegan. La afición está harta, no quieren fichajes, quieren un cambio total del equipo, empezando desde arriba, desde la directiva.
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