UE Vic 0-2 Atlético de Madrid: La araña espanta el terror del Halloween copero

Tarde de ilusión, de emociones, de sueños… Eso es la Copa del Rey, una fiesta en la que los modestos se enfrentan a los más grandes del fútbol español. Un día para la historia de los clubes más humildes como es el caso de la Unió Esportiva Vic, un equipo de categoría preferente catalana que recibía al gordo del sorteo de la primera ronda, el Atlético de Madrid. Todo un regalo de parte del azar que se convierte en rivalidad y ambición en el instante en el que el colegiado hace sonar su silbato.

El Vic resiste las embestidas del Atlético

La fe y la ilusión mueven montañas, pero cuando se enfrentan dos equipos de tan diferentes categorías lo lógico es que la diferencia se note. Sin embargo, en un momento tenso como el que vive el Atlético de Madrid, cualquier rival eleva la tensión colchonera hasta el límite y los nervios pueden pasar factura. Y entre otras cosas, si el paso de los minutos no deriva en un cambio en el marcador, todos esos fantasmas de partidos pasados y las sensaciones negativas que se han generado en ellos vuelven a hacer acto de presencia.

Porque en un partido que debía ser claro para el cuadro de Simeone, el Vic se puso la capa de superhéroe y fue capaz de frenar a un equipo que lo intentaba una y otra vez, pero que no lo conseguía. Todas las ocasiones acababan de la misma forma, con Agustín Mora poniendo un cerrojo que ni Correa, Giuliano ni Gallagher fueron capaces de romper en las ocasiones más claras para los visitantes.

Para colmo, como viene siendo habitual, la fortuna tampoco acompañaba y en una primera ronda de Copa del Rey, en la que no existe VAR, el arbitraje también jugaba en contra. Cuadra Fernández se comía una mano clamorosa en el área del Vic, en lo que podía haber sido la gran oportunidad para el Atlético de ponerse por delante desde los once metros. En definitiva, cuando las cosas están de no salir, no salen. Y el resultado de tal suceso es que el partido se iba al descanso con tablas y con un Vic crecido moralmente ante el éxito de su ejercicio de resistencia.

Aprieta el Atleti, amenaza el Vic

Simeone, que no veía claro lo que estaba pasando sobre el verde, metió un triple cambio al inicio del segundo acto. Un movimiento creado con el objetivo de encontrar ese gol que se resistía y que daba alas a un Vic que no iba ganando, pero tampoco perdiendo y eso era ya un triunfo. Pero lejos de arrugarse ante un rival cada vez más volcado, el conjunto catalán sacó sus garras y amenazaba al contragolpe con darle un susto a todo un Primera como el Atlético.

Simeone no se lo creía, los atacantes de un equipo de cinco categorías inferiores estaban plantándole cara a sus jugadores y la preocupación no se limitaba ya solo a intentar meter un gol. Ahora también debía preocuparse de que el cuadro colchonero no encajase un gol que complicara todavía más una tarde que, haciendo honor a «Halloween», estaba siendo de terror.

Pero para fortuna de los rojiblancos, el nivel del colegiado y su equipo arbitral son el verdadero terror del fútbol, en un día como hoy y en todos en general. Porque si en el primer tiempo se había comido un penalti a favor del Atlético, en el minuto 80 les regaló lo que les había quitado en la primera parte. Giuliano vio una piscina en el césped y allí se tiró, con el correspondiente error de Cuadra Fernández, que no dudó en señalar penalti y en expulsar a un jugador del Vic.

Y entonces sí, lo que se había resistido durante tantos minutos acabó llegando. Julián asumió la responsabilidad, pese a estar Griezmann sobre el campo, y no falló. El argentino metió el penalti y le dio la ventaja al Atlético para encarar el tramo final con esa tranquilidad que no había estado presente hasta entonces. Y ya, con superioridad, el club madrileño selló su pase a la siguiente ronda con un nuevo gol de Julián Álvarez. La araña acabó con el sueño de un digno Vic, que plantó cara a un Primera División, pero que cayó derrotado en un día para la historia de su entidad.