Crónica | Real Oviedo 3-1 Burgos CF: Cazorla impulsa la remontada ante un rival en recuperación

En un fútbol donde la nostalgia parece desvanecerse y las leyendas se marchan al extranjero para llenar aún más sus bolsillos, todavía quedan jugadores que eligen regresar a sus raíces, recordando de dónde vienen. A sus 39 años y con el salario mínimo permitido por La Liga, Santi Cazorla decidió volver a su casa, a su gente, para regalar fútbol, auténtico fútbol, a todos los oviedistas. Hoy, con una actuación brillante, ha demostrado su calidad una vez más, ofreciendo dos asistencias que impulsaron la remontada de su equipo ante un Burgos que comenzó fuerte en el estreno de Ramis como técnico, mostrando mejoras en su juego, aunque sin lograr sostener su rendimiento durante todo el partido.

Desde el pitido inicial, el Burgos se mostró dominante, frente a un Oviedo que parecía incómodo. La afición, con esperanza renovada, veía en Fer Niño a un jugador resurgido que respondía a la confianza de Ramis. A los 25 minutos, Florian Miguel recibió sin oposición en la banda izquierda y cedió al espacio para Álex Sancris. Fer Niño, atento en el área, se giró y fusiló a Escandell, poniendo el primer tanto para el Burgos.

La respuesta del Oviedo fue enérgica, lanzándose al ataque y poniendo a prueba la resistencia de la defensa blanquinegra. Una falta desde el lateral le dio la oportunidad a Cazorla de colgar el balón al corazón del área, donde Calvo la disputó hasta que Luengo cazó el rechace y, con un disparo a quemarropa, venció a Cantero para igualar el marcador justo antes del descanso. El empate devolvía la confianza a un Oviedo que empezaba a encontrar su ritmo, mientras el Burgos, en cambio, perdía solidez, aunque se apreciaban signos de mejora bajo el mando de Ramis.

Tras el descanso, el Oviedo mostró sus mejores armas, mientras las debilidades del Burgos se hicieron aún más evidentes. Cazorla, como arquitecto del juego, lideraba cada jugada, acompañado de Chaira y Hassan. En el minuto 72, el propio Cazorla, tras un saque de banda y sin ninguna presión, colocó un centro preciso para Paraschiv, quien cabeceó picado y superó a Ander Cantero, sellando la remontada en el Tartiere.

Ramis trató de revertir la situación con cambios ofensivos, colocando dos delanteros para sorprender, pero una baja momentánea de Atienza, que se había retirado a cambiar la camiseta por sangrado, y un error de Pipa le concedieron al Oviedo una última oportunidad. Chaira no la desaprovechó y sentenció el 3-1 definitivo.

Al final, fue una noche en la que Cazorla brilló aún más. Su decisión de volver a casa para regalar fútbol, con sus asistencias como legado y su liderazgo como símbolo, se consagró frente a una afición que lo recibe cada día con los brazos abiertos. Porque, en un fútbol falto de nostalgia, él es uno de esos pocos que no olvidan de dónde vienen, y Oviedo, su casa, se lo agradece.

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