8 de diciembre de 1998, hoy, 25 años después no será un día cualquiera ni para la afición donostiarra, ni para aficionadas y aficionados que acudimos cada fin de semana a ver a nuestro equipo de fútbol, en familia o en cuadrilla.
Hoy se cumplen 25 años de aquel fatídico día, en el que Aitor tuvo la desgracia de cruzarse con un grupo de ultras del Grupo Bastión, integrado en el Frente Atlético, entre los que se encontraba su asesino, Ricardo Guerra.
La Previa de aquel Atlético – Real Sociedad venía precedida de importantes incidentes en los aledaños de Anoeta en el primer partido de la eliminatoria de cuartos de final de la Copa de la UEFA. Por lo que se presumía que las horas previas al encuentro en el Antiguo Vicente Calderón no serían fáciles para los mil quinientos aficionados del equipo donostiarra que habían viajado hasta Madrid.
La Policía Nacional escoltó a la afición desde la entrada a la capital hasta los aledaños del manzanares, pero una vez allí, eran los propios aficionados quienes se debían encargar de su propia seguridad.
Aitor viajó a Madrid junto a su pareja y a otros seguidores donostiarras. Pertenecían a una de las peñas del club blanquiazul. Un policía les aconsejó un bar en las inmediaciones del campo, pero al poco de entrar, una mujer se les acercó y les recomendó salir de allí, ya que era un local a donde solían acudir ultras violentos del Frente Atlético. Fue cuando los peores presagios de la mujer que les había alertado minutos antes, se cumplirían, con la aparición de varios integrantes del grupo Bastión.
Los aficionados donostiarras trataron de huir, pero Aitor no salió corriendo, se quedó protegiendo a un niño que había viajado en el mismo autobús, momento en el que cuatro de los ultras aprovecharon para rodearle. Entre ellos estaba Ricardo Guerra, que aprovechó para darle una apuñalada mortal en el corazón.
Tras el asesinato de Aitor, durante años, en cada visita del club donostiarra al Vicente Calderón, se corearon gritos en favor de Ricardo Guerra como “Ricardo Guerra, Libertad” o insultando la memoria de Aitor y menospreciando a su familia con “Aitor Zabaleta era de la ETA”. Estos hechos fueron denunciados en numerosas ocasiones ante los órganos competentes por el club donostiarra.
Hoy, 25 años después Aitor volverá a recibir un merecido homenaje de su familia, de su peña y de toda la afición donostiarra. Aitor, aquel día salvo la vida de todos los que le acompañaban.
AITOR GOGOAN ZAITUGU
AITOR SIEMPRE TE RECODAREMOS