En el estadio de La Cerámica, Villarreal y Real Sociedad buscaban los tres puntos en un partido que prometía ser igual de disputado que entretenido. Y, desde luego, cumplió las expectativas con creces.
En la primera mitad, ambos conjuntos libraron una bonita batalla táctica. Sin embargo, también se observaron destellos técnicos dignos de los jugadores que pisaban el césped. A pesar de ello, al final, el Villarreal no logró mantener el ritmo impuesto por los jugadores de Imanol Alguacil. Desde el inicio, ambos equipos tenían la clara intención de salir jugando desde atrás para atraer a los jugadores rivales, arriesgándose a perder el balón ante la presión del oponente. En este aspecto, la Real consiguió robar numerosos balones en zonas peligrosas.
La primera ocasión clara fue para Mikel Merino: cabeceando un centro desde la banda izquierda que hizo estirarse a Jörgensen .Su juego aéreo fue algo imprescindible para el transcurso del partido. Poco después, Umar Sadiq también tuvo la oportunidad de conseguir su tercer gol consecutivo en la liga, pero no lo logró. Tras un inicio arrollador, el ritmo del partido bajó momentáneamente para dar un respiro a los jugadores, aunque esta pausa fue breve. La Real comenzaba a sentirse más cómoda en el campo, pero Brais Méndez se vio obligado a solicitar el cambio después de recibir una patada de Capoue en el antebrazo.
El protagonista de la primera jugada logró su objetivo minutos después. Un córner sacado por Kubo tomó desprevenida a la defensa del Villarreal, y anticipándose a todos, Merino remató de cabeza el excelente centro del japonés para poner el 0-1 en el marcador. Con la moral por las nubes, en cinco minutos, consiguieron el segundo gol en una jugada muy similar: Kubo sacó un córner corto para Zakharyan, quien, tras un centro raso y tenso, encontró la bota izquierda de Zubimendi.
Remiro sostuvo a su equipo con dos paradas impresionantes que celebró como si se tratara de goles marcados. Parejo probó suerte desde lejos con un disparo potente que Remiro despejó como pudo, y después realizó otra parada a bocajarro para negarle el gol a Gerard Moreno.
Al filo de la primera mitad, Take Kubo también quiso figurar en la lista de goleadores del partido. En otra salida de balón que presionó la Real, robó el balón para que, entre pases, Mikel Merino, con un gesto de auténtico mago, dejara solo a Kubo, quien definió con precisión con su pierna derecha y marcando el tercer gol.
El segundo tiempo comenzó con el Villarreal decidido a atacar para conseguir el gol que los reenganchara al partido. Sin embargo, la primera ocasión peligrosa fue una jugada en la que Sadiq, en un 1 vs 1, no consiguió superar a Jorgensen. Estos últimos 45 minutos, desafortunadamente para el espectador, no fueron iguales. Algo lógico en parte, ya que la Real, más contenida en ataque, buscó esperar a que el Villarreal atacara con muchos jugadores para después aprovechar los espacios dejados.
Con el paso de los minutos, la expresión de Marcelino se torcía, indicando su malestar con un equipo que parecía más el Villarreal de Setién y Pacheta.
Con el final del partido, la Real Sociedad logra un triunfo de prestigio que la mantiene en puestos europeos, pero con la mirada puesta en el Giuseppe Meazza, donde disputará el liderato del grupo D de la Champions League frente al Inter de Milán. Por su parte, el Villarreal continúa en búsqueda de su identidad, con un nuevo entrenador que poco a poco va dando forma a su equipo.
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