El Real Madrid no levanta cabeza y vuelve a perder en otra noche europea

El BK Hacken consigue llevarse los tres puntos en su último encuentro de la fase de grupos de la Women’s Champions League frente al Real Madrid.

En el día de hoy se disputaba en el Alfredo Di Stéfano el último encuentro para el Real Madrid de esta fase de grupos de la Women’s Champions League en la que el conjunto blanco no ha conseguido estar a la altura. Las de Alberto Toril llegaban a este encuentro como últimas de grupo y mostrando el mal rendimiento que ha demostrado el equipo en cada uno de los encuentros de esta fase. Aún así las jugadoras saldrían al terreno de juego con la intención de conseguir sus primeros tres puntos y de contentar a su afición que, una vez más, acudía a su estadio para animar a su equipo. En frente un Hacken que ya en la primera vuelta consiguió imponerse a las jugadoras blancas por dos goles a uno y que hoy buscaban su pase a los octavos de final de la competición europea.

Un Madrid sin ideas

Comenzaba el encuentro con un equipo visitante dispuesto a salir hacia delante, dominando en la mayoría de las fases de esta primera parte. Y es que serían las suecas las que gozarían de las primeras ocasiones del partido, creando mucho peligro en la portería de Chavas, aunque no consiguieron ponerse por delante en el marcador. En cuanto al Real Madrid, el equipo mostró una cara muy plana en esta primera mitad, destacando solamente un disparo de Raso que acabó en el lateral de la red. Ambos equipos volvían al vestuario con empate en el marcador esperando a la segunda mitad del encuentro.

Ya en la segunda mitad pudimos ver a un Real Madrid dispuesto a salir hacia delante, creando buen juego y nublando su actuación durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Sin embargo, la apuesta de las blancas sería derribada por completo por las jugadoras suecas que en el 63′, en un balón parado, ponían el cero a uno en el marcador con un gol marcado por Kafaji. Tras el gol, el Real Madrid insistió en poner el empate en el marcador con alguna llegada tímida, pero no fue suficiente. El silbato sonaba dando por finalizado el partido y las jugadoras blancas, cabizbajas, abandonaban el campo sabiendo que no han estado a la altura, que solamente han sido capaces de conseguir un punto de los dieciocho posibles.

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