El central ex del Athletic había jugado hasta la fecha en todos los encuentros ligueros, ya fuera como titular o partiendo desde el banquillo, pero ante el Rayo Vallecano vio el partido entero junto al resto de suplentes.
Sin embargo, en la Copa del Rey sí formó parte de los jugadores de banquillo en varias ocasiones (ante los rivales de primera con los que el club vigués se vio las caras, Valencia y Real Sociedad, todavía con Rafa Benítez como técnico) y salió como titular ante el Turégano, Sestao River y Amorebieta, todos equipos de Segunda División para abajo.
Los aficionados del Celta de Vigo se habían acostumbrado, durante la época de Rafa Benítez en su banquillo, a ver cómo su equipo marcaba goles y tras estos se echaba para atrás permitiendo a sus adversarios atacar hasta conseguir sumar ante los vigueses, quienes en muchas ocasiones salían al césped con una defensa de cinco hombres y un planteamiento siguiendo esta línea. Ahora, con el técnico del filial habiendo sido ascendido al primer equipo tras la destitución del madrileño, todo parece haber cambiado en el club olívico. Y Unai Nuñez lo vive en sus propias carnes desde bien temprano.
Porque Claudio Giráldez llegó con ideas renovadas y con la intención de atraer a los espectadores desde el primer momento, aplicando el esquema que empleaba en el Celta Fortuna siéndole efectivo la mayor parte de ocasiones pero con una debilidad destacada: los defensas centrales sufren y se quedan muchas veces solos ante el peligro con los atacantes contrarios, algo que notó y de una manera bastante evidente (llegando al punto de reconocerlo públicamente) Unai Nuñez.
Un error que le costó muy caro
El error cometido por el defensa vasco ante el Sevilla propició que su equipo se viese con marcador adverso en un campo complicado para que al final, con los tantos de Carles Pérez y Jorgen Strand Larsen, este último con un espectacular remate de tacón, los vigueses se hicieran con los tres puntos. Pero lo que nadie vio venir fue que en el siguiente partido, con un parón de selecciones de por medio, disputado este pasado domingo en Balaídos ante el Rayo Vallecano, Unai Nuñez se quedó en el banquillo, una suplencia motivada con mucha probabilidad por el error del ‘4’ en el gol de En-Nesyri ante los dirigidos por Quique Sánchez Flores, y lo más llamativo no se quedó solamente ahí, ya que en el momento donde Giráldez decidió retocar la defensa ante el decepcionante partido que estaba cuajando el sueco Carl Starfelt (sus errores propiciaron varias ocasiones claras del equipo dirigido por Íñigo Pérez) optó por continuar con parte de las herencias que dejó el preparador anterior, ya que el elegido para sustituir al escandinavo fue el peruano Renato Tapia pese a ser en el pivote su demarcación natural.
Hasta este momento, Unai Nuñez había participado en todos los partidos de Liga, acumulando 28 titularidades y 27 duelos disputados de manera íntegra, siendo su única suplencia el partido como local frente al Barcelona, en el que salió a jugar la segunda mitad. Además era el jugador que había disputado más minutos hasta la fecha con la zamarra celeste, con un total de 2550.
En la Copa del Rey se quedó en el banquillo ante los dos rivales potentes que tuvo que enfrentar el Celta (Valencia a domicilio y Real Sociedad en condición de local) pero el motivo de esas suplencias estuvo en que Rafa Benítez presentó dos alineaciones plagadas de efectivos no habituales. Mientras que en la temporada pasada, en su primer año de céltico, tan solo se quedó sin disputar un partido por decisión técnica, ante el Valladolid como visitante, en el que el entrenador del Celta decidió rotar al tratarse de una jornada entre semana. Y se perdió la visita del Atlético de Madrid a Vigo por acumulación de amonestaciones.
Por todo lo comentado, Unai Nuñez vivió este pasado domingo una situación totalmente inhabitual para él desde su aterrizaje en Vigo hace casi dos temporadas, mientras que no cabe duda de que al ex del Athletic Club de Bilbao se le presentarán nuevas opciones de ser de la partida porque Claudio Giráldez rota con frecuencia sus equipos iniciales. Y dependiendo de cómo este rinda, se apreciará si ha sabido o no aprovechar las oportunidades que se le vayan dando con el paso de los partidos.