El deporte es un entretenimiento muy peliculero, nos gusta ver historias cuya base funciona como el argumento de una novela o una película, el bueno contra el malo, el veterano contra el rookie, el campeón que se sobrepone a todos los obstáculos que se le interponen en el camino a ser el más grande de la historia, ayer en el circuito de Phillip Island, después de 7 años en la categoría reina y apunto de comenzar el que podría ser su último contrato profesional, Johann Zarco gano su primera carrera en Moto GP.
Es la historia de un piloto que se labró su carrera tras un largo paso por las categorías inferiores, con tres años en la por aquel entonces 125cc, logrando el subcampeonato en su última temporada, y cinco años en Moto2 que muchos quisieran interpretar como un frenazo a su carrera, tan cerca del escalafón final, el último paso que cuesta dar, pero Zarco no se frustró en su paso por la segunda categoría mundial, Zarco aprendió de la experiencia.
El piloto francés estuvo cinco años en la categoría, los tres primeros lejos de optar al título, aunque demostrando un progreso, 10º, 9º y 6º fueron sus resultados, para muchos ya podía tomar aires de piloto que se estanca en la categoría, pero el trabajo de Zarco recibió su merecido, Kalex le dio la oportunidad y lograría proclamarse campeón del mundo, pero la cosa no quedó ahí, Zarco decidió defender el título la temporada siguiente, y lo logró, se asentó y dominó antes de pasar a las grandes ligas, MotoGP.
Tras eso llegaría al fin la tan ansiada oportunidad en MotoGP del equipo satélite de Yamaha, dos temporadas, buenos resultados, dos sextos puestos en el mundial, seis podios, el mejor piloto satélite en ambos años, su destino tras este paso no podía ser el primer equipo de Yamaha, Rossi y Viñales tenían contrato, Zarco acabó en KTM, una moto peor que la que tuvo las anteriores temporadas, visto en retrospectiva es curioso que Honda apostara por Jorge Lorenzo antes que por el francés para reemplazar a Pedrosa, cuando el número 5 había terminado los dos años anteriores por delante del balear, que pilotaba una moto de fábrica.
Las próximas dos temporadas de Zarco serían para olvidar, en KTM no aguantaría toda la temporada y acabaría en el satélite de Honda, caprichos del destino, para la siguiente temporada firmar con Ducati, de nuevo en un equipo satélite, 2020 no fue un buen año tampoco, parecía que su final se acercaba, pero tras ello el Pramac Ducati se convirtió en el sitio donde volvería a renacer, a pisar el podio, a estar en la pelea, pero la victoria no llegaba.
Tras esto llegamos a 2023, su último año en Ducati, firma por Honda, no por el oficial, parece que por algún motivo no es un piloto de fábrica, con 33 años y firmando por la peor moto de la parrilla actualmente parece el final, Zarco nunca ganará una carrera de MotoGP, hasta que ayer, ocurrió lo impensable, lo que nadie tenía en sus apuestas.
Zarco salía quinto, y en esa posición se mantuvo gran parte de la carrera, sin brillar, con toda la atención puesta en los contendientes al título, justo es entonces cuando en las últimas vueltas Jorge Martín pierde por el desgaste el neumático trasero, y de forma sorpresiva, en cuestión de curvas, Johann Zarco está segundo, al cruzar por meta está encima de su compañero y de repente, lidera la carrera, traza las curvas que le quedan y Johann Zarco gano su primera carrera en MotoGP tras 7 años.
El francés pasa a los libros de historia, es el segundo piloto más veterano de la historia en conseguir su primera victoria, lo que parecía cada vez más difícil se hace realidad sin esperarlo, Zarco llora, hace el backflip con el que celebraba siempre sus victorias, Johann Zarco ha ganado, y algo más que una carrera.
Zarco es un piloto que pese a sus años y su esfuerzo nunca fue muy carismático, es un tipo trabajador y constante, que fue le primer dos veces campeón de Moto2, el que nunca estuvo en un buen equipo de fábrica cuando se lo merecía, es un hombre que ayer consiguió más que una victoria, es un triunfo que es la guinda de su carrera, es la recompensa al esfuerzo, es la prueba, de que nunca es tarde para ganar.
Imagen principal: MotoGP.com
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